El primer partido en el Camp Nou tras la pausa por la pandemia iba a ser muy desequilibrado sobre el papel. Primero contra último, el Barcelona recibía al Leganés en el que debería haber sido un partido fácil para los locales pero, a pesar del resultado (2-0), fue un encuentro mucho más complicado de lo esperado, con el Leganés creando muchas y buenas ocasiones y el Barcelona incapaz de encontrar una consistencia tanto en ataque como en defensa.
Alineaciones
Dada la gran cantidad y densidad de partidos hasta el final de La Liga, el Barcelona presentó varios cambios desde el último partido. En defensa, Sergi Roberto y Piqué se mantuvieron en el once, mientras que Lenglet volvía tras sanción y Júnior Firpo sustituía al sancionado Jordi Alba.
En el centro del campo, Busquets estaba acompañado por dos jugadores distintos. Ivan Rakitic y Arthur reemplazaban a Arturo Vidal y Frenkie De Jong. Estas rotaciones parecen más motivadas por temas físicos que por temas tácitcos. En ataque, Ansu Fati se sumaba a Messi y Griezmann, sustituyendo al nuevo héroe del Camp Nou, Martin Braithwaite.
En el lado visitante, el Leganés hizo muchos cambios con respecto a su derrota ante el Real Valladolid. Primero, jugaron con cinco atrás, usando a Aitor Ruibal como carrilero derecho, Bustinza como central derecho y Rodrigo Tarín, novedad en la alineación, como líbero.
De los otros cinco jugadores, solo Roque Mesa fue titular en el partido anterior. Recio y Rubén Pérez formaron un centro del campo rocoso y trabajador, con Javier Eraso intentando apoyar tanto el centro del campo como la delantera, formada por Miguel Ángel Guerrero como único delantero. Cabe mencionar que solo un jugador del once del Leganés ha marcado esta temporada (Mesa, un gol), lo que demuestra la falta de pólvora que ha sufrido el Leganés esta temporada.
La falta de movilidad del Barcelona
Con balón, el Barcelona formó con una especie de 2-5-3, con ambos laterales muy avanzados apoyando al centro del campo e incluso más arriba, Fati partiendo desde la izquierda pero tirando diagonales hacia adentro y Messi muy cerca de zonas centrales. En la imagen de debajo vemos la disposición del Barça, con los laterales dando amplitud y los delanteros trabajando la zona central.
Sergi Roberto y Rakitic, lateral e interior derechos, basaron sus movimientos en la posición de Messi, centrándose o abriéndose dependiendo de donde se ubicaba el argentino en cada momento. En el ejemplo de abajo, Messi se adelanta, por lo que Rakitic compensa ese movimiento y baja al centro del campo, mientras que Roberto da amplitud. Cuando Messi venía al medio a recibir, Rakitic hacía el movimiento contrario y atacaba la línea defensiva rival.
Pero esta disposición no fue suficiente para que el Barcelona creara peligro. Desde luego, tuvieron la mayoría de la posesión, pero la falta de movimientos en el centro del campo y en la delantera hicieron que no hubiese espacios para jugar por dentro, con el Barcelona limitado a mover el balón de lado a lado esperando que Messi o Fati, los únicos dos jugadores capaces de desequilibrar por si mismos, crearan algo. Veamos dos ejemplos de esta falta de dinamismo.
En el primer ejemplo, Firpo recibe el balón de Messi y solo tiene dos jugadores delante de él: Griezmann y Fati. Pero ambos buscan recibir al pie y nadie se desmarca en profundidad, por lo que no hay opciones reales para avanzar. Esto llevó al Barcelona a jugar de lado a lado pero sin generar muchas ocasiones.
En el segundo ejemplo es Lenglet quien tiene el balón pero, una vez más, no hay movimientos por delante. Tanto Busquets como Rakitic miran el balón y no están en disposición de recibir y girar, mientras que Griezmann también está moviéndose hacia el balón y no creando espacio con un desmarque en profundidad.
Hubo momentos en los que el Barcelona sí que hizo buenos movimientos que deberían ser la base sobre la que construir su desarrollo futuro. Fati, Griezmann, Rakitic y Roberto fueron los jugadores más activos y mostraron tener capacidad para generar espacios y hacer del Barcelona un equipo más peligroso. El problema es que la mayoría de esos buenos movimientos se hicieron solo cuando Messi tenía el balón, y el resto del tiempo tuvieron la actitud estática que hemos visto antes. Solo Griezmann estuvo activo todo el tiempo, tirando muchos desmarques en profundidad, pero el equipo no supo verlo, por lo que su rendimiento no fue tan bueno como el trabajo que realizó.
En las dos imágenes de abajo vemos un primer ejemplo de los buenos movimientos que el Barcelona fue capaz de realizar cuando Messi tenía la pelota. En la primera, Rakitic ataca el espacio con una carrera desde el centro del campo, arrastrando a tres jugadores del Leganés y permitiendo que Messi reciba. En la segunda, instantes después, Messi tiene el balón, por lo que Griezmann y Fati tiran desmarques en profundidad, arrastrano a la defensa del Leganés y abriendo espacio para que Firpo doble. Esto demuestra que los jugadores del Barça son perfectamente capaces de realizar los movimientos correctos, pero necesitan hacerlos más a menudo.
Debajo vemos otro ejemplo de los buenos movimientos del Barcelona. De nuevo, Messi tiene el balón en el centro del campo y cuatro jugadores comienzan a desmarcarse al espacio, por lo que los tres centrales del Leganés no pueden marcarlos a todos. Roberto y Fati corren por la banda mientras que Rakitic y Griezmann atacan por el centro. Estos movimientos requieren una reacción de la defensa rival, generando espacios y oportunidades para que un pasador fantástico como Messi asista.
El último ejemplo de un buen movimiento lo vemos debajo. Cuando Umtiti tiene el balón, Griezmann comienza a desmarcarse en profundidad arrastrando a dos defensas con él y creando un espacio entre líneas. Arthur corre hacia el balón en lugar de aprovecharse del espacio que se acaba de generar, y cuando Umtiti pasa el balón a Firpo no hay nadie que pueda recibir entre líneas (la flecha amarilla muestra el pase que Arthur debería haber recibido). Este es un ejemplo claro de que Arthur no termina de entender el concepto de tercer hombre e intenta recibir el pase directamente en lugar de usar a un compañero (en este caso Firpo) para superar la presión y recibir en una mejor posición.
Como resumen, el Barcelona mostró algunas señales prometedoras de buenos movimientos en ataque, pero no lo hizo lo suficientemente a menudo como para ser un equipo peligroso y terminó teniendo mucha posesión pero sin crear lo suficiente. De hecho, ambos goles vinieron en jugadas aisladas, el primero de un gran disparo de Fati tras algún rebote y el segundo en el penalti que marcó y generó Messi tras una espectacular jugada individual. Una posesión del 76% y con 849 pases se tradujo en solo 20 pases al área, por lo que la mayor parte del juego fue lateral y lento.
En defensa, la presión del Barcelona fue buena durante la mayor parte del partido (solo permitieron 5,5 pases del rival por acción defensiva, lo que significa que el Leganés no pudo combinar sin ser acosado), pero las pocas veces que no resultó, la línea defensiva estuvo muy aislada y frágil. En el apartado de goles esperados, el Leganés registró 1,45, con las mejores oportunidades del partido. Como comparación, el Barcelona generó 1,61 goles esperados, y eso contando el penalti de Messi (0,76), por lo que este partido habría tenido un resultado mucho peor ante un equipo con más calidad en la finalización.
El planteamiento defensivo del Leganés
El Leganés salió al Camp Nou con un planteamiento muy defensivo pero que pudo haber dado sus frutos. Formaron con un 5-3-1-1 en defensa, con Ruibal de carrilero derecho cuando suele ser extremo o delantero subiendo cuando había oportunidad.
El Leganés se centró en ser un equipo compacto, dejando las bandas libres y dificultando mucho el juego interior del Barcelona. Pero ser defensivo no significa defender atrás. El Leganés trató de avanzar cada vez que el Barça jugaba hacia atrás, con las líneas muy juntas todo el tiempo y sin espacio para jugar entre ellas.
En la siguiente imagen vemos la disposición defensiva del Leganés. Se ve claramente el 5-3-1-1, con alguien todo el tiempo cerca de Busquets y centrándose en ser compactos pero no retroceder demasiado. Esto incomodó mucho al Barcelona, y solo Fati y Messi fueron capaces de crear algo a partir de su desequilibrio individual.
Aunque fue al Camp Nou a defender, el Leganés tuvo varias buenas ocasiones para defender. Atacaron de forma muy directa, tratando forzar errores en la línea defensiva culé y aprovecharse de ellos. La ocasión más clara del partido vino tras el error garrafal del Barcelona que vemos debajo. La jugada viene de un balón largo que cae de nuevo en campo del Leganés. Entonces, la defensa del Barcelona intenta dejar a los delanteros pepineros en fuera de juego, pero el movimiento está muy mal coordinado y dejan un espacio enorme que el Leganés aprovecha con un pase largo muy fácil.
Otra debilidad que el Leganés intentó explotar fue Busquets. El pivote de Sabadell sigue siendo uno de los mejores en su puesto, pero ya no es capaz de girar o cubrir espacios tan rápido como antes, así que el Leganés intentó aprovechar el posicionamiento de Arthur y Rakitic en ataque y su incapacidad para cubrir los espacios a ambos lados de Busi.
En el ejemplo de abajo, Busquets trata de presionar al poseedor del balón pero no lo hace lo suficientemente rápido y permite el pase. Al mismo tiempo, Rakitic no baja a tiempo y deja su marca libre y una situación de dos contra uno en la banda de Semedo. La jugada acaba en un tiro flojo, pero podría haber significado el empate del Leganés.
Como mencionamos al final del análisis del ataque del Barcelona, los culés tuvieron suerte de marcar dos veces, y ambos goles fueron momentos de magia individual más que jugadas colectivas. Así que el Leganés tiene mucho positivo que llevarse del Camp Nou excepto lo que más necesitaba: el resultado. El Leganés generó las mejores ocasiones y solo tiró dos veces menos que el Barcelona con una posesión de solo el 24%.
El rol de los cambios
Con las nueva reglas permitiendo hasta cinco cambios, siempre es interesante ver como éstos afectan al partido. Nos centraremos en los cambios del Barcelona, ya que los del Leganés no aportaron demasiadas cosas diferentes y solo buscaron cambiar jugadores cansados por otros más frescos.
Los primeros dos cambios del del Barcelona fueron Luis Suárez por Fati y Nélson Semedo por Roberto. Suárez no fue un cambio muy profundo, pero dio más presencia en la posición de nueve, aguantando el balón y combinando con los jugadores de la segunda línea. También le permitió algo más de libertad a Griezmann.
Semedo también ofreció cosas diferentes a Sergi Roberto. Mientras que Roberto entendió y equilibró los movimientos de Messi y se movió entre el puesto de medio por derecha y extremo derecho, Semedo se pegó a la banda, usando su velocidad para subir y bajar constantemente. Su velocidad le permitió correr al espacio y que Messi lo encontrara con sus pases en profundidad.
De hecho, la velocidad de Semedo fue suficiente para generar un gol. Tiró un desmarque en profundidad que Messi encontró con un gran pase. El centro de Semedo le llegó a Griezmann para que el francés marcara, pero el VAR anuló el gol por un fuera de juego milimétrico al principio de la jugada. Aunque el gol no subiera al marcador, fue un ejemplo de lo que puede aportar Semedo y también de como de importantes son los movimientos de Griezmann cuando se los interpreta correctamente. Vemos la jugada en la imagen de abajo.
Otro cambio interesante fue Arturo Vidal por Busquets. El chileno movió a Rakitic al pivote, desde donde el croata se siente más cómodo al poder jugar de cara y no tener que girar con balón. Arthur también se acercó a la base de la jugada, desde donde también es más efectivo, antes de ser sustituido por Riqui Puig, que de nuevo se colocó más adelantado. Vidal entró al partido muy activo y usó su energía para atacar los espacios y recuperar el balón en posiciones más avanzadas. Sus movimientos combinados con los de Semedo y la necesidad de atacar del Leganés generaron más espacios para que Messi y compañía jugaran.
Puig también estuvo muy activo en los 20 minutos que jugó, mostrando que tiene calidad para jugar en el Barça. Sus estadísticas dicen mucho de su partido. En solo 20 minutos, Riqui tiró dos veces (una de ellas la ocasión más clara del Barcelona); intentó 11 pases con un 91% de acierto; trabajó duro en defensa, con cinco duelos defensivos de los que ganó dos. También mostró su velocidad y capacidad para conducir el balón sin sentir la presión de jugar en el primer equipo.
Conclusión
Un partido entre el primero y el último siempre iba a ser desequilibrado. Sin embargo, el planteamiento defensivo del Leganés fue sólido y solo un par de individualidades lo tumbaron. En el otro lado, el Barcelona sufrió mucho más de lo esperado y concedió muchas ocasiones peligrosos, que sumaron un total de 1,45 goles esperados. Esas oportunidades fueron más una cuestión de errores individuales, pero podrían ser mucho más costosas ante otros equipos.
El Leganés puede sacar buenas conclusiones a pesar de la derrota, ya que defendieron bien y fueron capaces de generar bastante peligro a pesar de las circunstancias. Necesitan desesperadamente ser más precisos de cara a puerta si quieren evitar el descenso, pero fue una buena actuación ante el mejor equipo de la liga. El Barcelona también puede sacar conclusiones buenas, pero necesitan ser mucho más consistentes tanto en ataque como en defensa ya que su estilo de juego requiere un esfuerzo coral y cualquier fallo los deja muy abiertos. Esta vez el resultado fue suficiente para mantener la ventaja con el Real Madrid, pero deberían mejorar para ganar La Liga y aspirar a la Champions.