It’s Arthur’s time

El sprint final está aquí, y con él, los problemas de un FC Barcelona que continúa entre el éxtasis y el abismo. Capaz de lo bueno y lo muy malo en cuestión de momentos. Un equipo reducido a highlights de YouTube, lejos de la consistencia que le permitiría a Quique Setién encontrar certezas en un mar de dudas.

El empate del Ramón Sánchez Pizjuán no es más que el reflejo del Barça lejos de casa, una dinámica que lleva tanto tiempo que no sorprende en absoluto, lo que sí fue out of context fue la primera gran media hora de los culés. Porque los blaugranas han caído tan bajo que cualquier ápice o señal de resurgimiento ya parece algo magnífico. Suena duro, pero no por eso menos cierto.  

A diferencia de los que muchos creen, aún creo que de aquí al final de temporada el staff técnico, comandado por Setién y secundado por Eder Sarabia, puede mejorar varios aspectos del colectivo para volverlo más competitivo. El parón provocado por la pandemia parece que le vino bien a varios. Nélson Semedo, Luis Suárez, Clément Lenglet y Jordi Alba, por ejemplo, parecen haber recuperado un nivel mucho más aceptable. Con una curva de rendimiento ascendente.

Hay un jugador clave que todavía no está, y al que Setién y todo culé tendrá que esperarlo porque la calidad y el fútbol que tiene no es desechable –muy a pesar de lo que quiere la Juventus y la actual directiva–, me refiero, por supuesto, a Arthur Melo.

El brasilero es un mandón, un tipo que necesita el balón para avanzar con él. El ex Gremio es de esos futbolistas que necesita base y campo por delante, no le pidan un rol entre líneas demasiado alto porque no te lo puede dar; se va a perder y pasará inadvertido. No tiene características de Iniesta en cuanto a la conquista de altura, es un error pedirle algo que no siente.

La baja, para mí considerable y preocupante, de Frenkie de Jong, abre una lata para Setién. Donde se cierra una puerta se abre una ventana dicen. Y hay tres opciones: Ivan Rakitić escorado hacia la izquierda, donde demostró estar un poco más suelto, dinámico y aprovechable que en el interior derecho; la apuesta de Riqui Puig, que para mí sigue siendo un recurso importante al que hay que darle mayores responsabilidades, pero apurarlo y cargarle la mochila también sería un error; y lo que para mí debe ser el discurso de Setién y los suyos: el resurgir de Arthur.

Sin el neerlandés, Arthur debe dar el paso al frente, tomar la batuta de una medular que implora un futbolista de su perfil. Arturo Vidal y Sergio Busquets serían sus bastiones, pero él el emblema. Tarea encomiable tanto como compleja, pero necesaria no solo para el Barcelona, sino para él mismo.

Necesita un contexto de reto, algo que lo obligue a sacar su fútbol escondido, que aflore el tipo de los giros que nos hacía recordar a Xavi Hernández; el que, si bien no arriesgaba demasiado, al inicio de temporada ya empezaba a mostrar síntomas de querer tomar decisiones importantes en zona de gestación e impacto.

Hay que obligarlo a sacar el colmillo que mostró con Gremio en Libertadores, porque no hay que olvidarlo, Melo es un jugador que lleva magia y potrero, dominar a placer la competición más prestigiosa del fútbol sudamericano está al alcance de algunos elegidos. Y Arthur lo logró. Debe explotarse esa capacidad que ahora yace tímida.

Arthur Melo en el Estadio General Pablo Rojas «La Nueva Olla», en la Ciudad de Asunción – Paraguay. En Barrio Obrero. Partido correspondiente a la fase de Grupo de Copa Libertadores, Cerro Porteño 0-0 Gremio. Arthur dio 98 pases ese día, la mitad de ellos en campo rival, solo falló dos. | Foto vía: Libertadores.

Claro que esta no es una cuestión unidimensional. Si Arthur despierta necesitará de ayuda, opciones de pase, jugadores atrevidos que rompan al espacio o aparezcan entre líneas; nadie se puede atrever a saltar el abismo sino hay un sitio del otro lado donde caer. Una cosa es ser atrevido, otra un suicida de los que se inmolan. Y el 8 es un tipo controlado, está muy cuerdo, sabe como ganarse al hincha con mensajes en Twitter y guiños con ganas de triunfo blaugrana, y estoy convencido que eso también se puede trasladar sobre el verde.

Setién debe lograr generar contextos. Uno para Lionel Messi, otra para Antoine Griezmann, ya incluso logró solucionar problemas en salida creándole uno particular a Marc-André ter Stegen; esas son palabras mayores, utilizar una gran falencia para construir una virtud. Así que la tarea de Quique en uno de los banquillos más exigentes del mundo se reduce a eso: ingeniarse escenarios favorables para sus futbolistas, y si hay un jugador en nómina que puede ayudarle, ese es Melo. Así que no hay que pensarlo mucho, a falta de Frenkie, it’s Arthur’s time.

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