En un partido que podría haber sido decisivo para La Liga, el FC Barcelona necesitaba una victoria para mantenerse a cuatro puntos del Real Madrid CF y aun con posibilidades reales de hacerse con el título. Pero para ello debían ganar en el Estadio de La Cerámica a un Villarreal CF en estado de gracia que aspiraba a meterse en la lucha por la UEFA Champions League.
El equipo de Quique Setién introdujo algunas novedades tácticas en las que porfundizaremos en este análisis. El Villarreal no vio venir estos cambios y una vez intentó adaptarse fue demasiado tarde y el Barcelona ya estaba ganando con comodidad.
ALINEACIONES
El Villarreal introdujo cinco cambios con respecto a su victoria ante el Real Betis. Mario Gaspar entró por Rubén Peña en el lateral derecho, dotando de más solidez defensiva a la defensa; en el centro del campo, Vicente Iborra entró por Manu Trigueros para añadir fuerza y amenazar a balón parado; y en ataque, Samu Chukwueze y Santi Cazorla ocuparon las bandas en lugar de Javier Ontiveros y Moi Gómez, mientras que Paco Alcácer entro en el once en lugar de Carlos Bacca para acompañar a Gerard Moreno. El Villarreal jugó con su ya clásico 4-4-2, pero escogió un once con jugadores más directos para amenazar la espalda de la defensa culé.
Por su parte, el Barça solo hizo dos cambios en su alineación, con Antoine Griezmann entrando por Riqui Puig y Sergi Roberto por Ivan Rakitić. Sin embargo, la disposición de los jugadores sí que fue novedosa ya que el tridente ofensivo se movió por zonas muy centrales, con Lionel Messi por detrás de Griezmann y Luis Suárez y sin extremos. Estos cambios surtieron efecto y se vieron claras mejorías en el juego del Barça.
El nuevo tridente culé y el rol de Sergi Roberto
Empezando por la salida de balón, el principal cambio en el Barcelona fue el rol de Roberto y cómo éste afectó a los laterales. Al salir jugando, tanto Roberto como Sergio Busquets se acercaron bastante a la línea defensiva, dejando que los laterales actuaran como extremos dando amplitud y profunidad. Busquets se colocó inmediatamente a la espalda de los delanteros del Villarreal como de costumbre, pero Roberto ocupó el sitio de un teórico lateral izquierdo, desde donde veía el juego de cara y podía conducir, atraer y soltar, liberando a Jordi Alba.
La nueva posición de Sergi Roberto permitió al Barça generar superioridades numéricas en el lado izquierdo del ataque. Si uno de los mediocentros del Villarreal se encargaba de presionar a Roberto, el Barça aprovechaba el hueco dejado en el medio para encontrar a sus delanteros, especialmente Messi y Griezmann, que venían a recibir. Si era Chukwueze el que seguía a Roberto, entonces el Barça encontraba a Alba, que atraía a Mario Gaspar y creaba espacio para que el tridente jugara por dentro. Veamos tres ejemplos de cómo funcionó esta variante.
En la imagen de abajo vemos el principio de la jugada del primer gol. Sergi Roberto pasa el balón a Suárez y rompe en profundidad, recibiendo la pared y forzando al lateral derecho del Villarreal a decidir entre presionarlo a él o seguir a Alba. Mario Gaspar decide presionarlo y Roberto encuentra el desmarque de Alba. Aquí también vemos Griezmann fija al central izquierdo y Messi al mediocentro izquierdo, por lo que la carrera de Roberto crea un dos contra uno en la derecha.
En el siguiente ejemplo, Clément Lenglet tiene el balón y Alba da amplitud y profundidad con un desmarque a la espalda de la defensa. Roberto parte de la posición de lateral izquierdo y el desmarque de Alba crea espacios para que conduzca hacia adelante. Esta posición de Roberto también permitió a Busquets adelantarse y presionar arriba ya que sabía que Roberto estaba cubriendo la línea defensiva.
El último ejemplo de la disposición del Barça en salida de balón lo vemos debajo. Busquets se acerca a los centrales para ofrecer una línea de pase entre los dos delanteros del Villarreal, mientras que Alba y Semedo se adelantan y se colocan más arriba que los interiores, especialmente que Roberto, que se coloca prácticamente de lateral izquierdo. En este caso es Griezmann el que actúa de enganche, con Messi y Suárez fijando a los centrales para que no puedan presionar al francés. También se ve como el equipo tiende a colocarse en la zona izquierda del campo, dejando espacios en la derecha ya que Arturo Vidal y Nélson Semedo no tienen la calidad suficiente para combinar en espacios reducidos.
Aunque el trío Messi-Suárez-Griezmann ya lo habíamos visto antes, Setién encontró una nueva forma de usarlo, poniendo tanto a Messi como a Griezmann más centrados. Messi fue el ’10’, Suárez actuó de boya y Griezmann se movió alrededor de los otros dos y participó más que nunca en el ataque culé.
Los tres delanteros se coordinaron muy bien. Cada vez que uno de ellos se desmarcaba en profundidad, otro venía en apoyo a recibir entre líneas, mientras que el tercero fijaba a la defensa. Esto permitió a la delantera realizar un gran partido y estar muy cómodos sobre el campo.
Debajo vemos un ejemplo de esto que hemos comentado. Suárez baja a recibir y Griezmann automáticamente corre al espacio, forzando a la defensa a retroceder y creando espacio para sus compañeros. También vemos lo indicado anteriormente, ya que Sergi Roberto atrae la presión rival y abre la línea de pase para Suárez.
Los nuevos movimientos del Barcelona hicieron que no necesitara regatear para avanzar. Al colocar tantos jugadores en la zona central-izquierda y ante la pasividad del Villarreal, el Barça avanzó fácilmente con combinaciones rápidas. El Barça solo intentó 18 regates, nueve menos que la media de los cinco partidos anteriores. Griezmann, que dio 43 pases con un 100% de éxito y mejoró los ataques cada vez que tocó el balón, se vio especialmente beneficiado por su nuevo rol y fue clave cuando combinó al primer toque con Messi y Roberto, que eran los que conducían y aparecían en carrera desde atrás. La zona derecha del Barcelona, Vidal y Semedo, tuvo un partido gris y les faltó calidad en el pase y en el regate, por lo que no pudieron crear mucho ni el Barcelona intentó encontrarlos en sus ataques.
El nuevo tridente también ayudó a que Messi defendiera de forma más eficaz. El argentino marcaba o bien a uno de los centrales, lo que no requiere mucho esfuerzo, o al pivote cuando éste estaba en estático. Griezmann compensaba los movimientos de Messi en defensa, siguiendo al pivote cuando se movía hacia arriba o presionando al central cuando el Barça buscaba agresividad. El resultado fue que Griezmann recuperó seis balones, solo por detrás de los centrales y Busquets en este aspecto.
Tras marcar el 1-3, el Barcelona prefirió defender con balón. Más allá del 67-33 en posesión, el Barcelona tuvo nueve posesiones de más de 45 segundos (el Villarreal, dos) y 22 de entre 20 y 45 segundos (el Villarreal, nueve). En total, el Barça tuvo 20 minutos más de posesión pura que el Villarreal (38:39 vs 18:42) y más que dobló el tiempo de posesión media (27 contra 13 segundos).
La falta de intensidad defensiva del Villarreal
El dominio del Barça solo se vio amenazado cuando el Villarreal pudo hacer transiciones rápidas y directas. Sus dos delanteros se quedaban arriba y crearon un par de situaciones de dos contra dos con los centrales del Barça. El rol ofensivo de los laterales dificultó que volvieran a tiempo. Roberto sí que cubría la defensa cuando tocaba desde atrás, pero cuando rompía líneas conduciendo o con desmarques dejaba la línea defensiva demasiado expuesta.
En la siguiente imagen vemos la jugada del primer gol ‘groguet’, que fue un buen ejemplo de lo que decíamos. Vemos cómo el Villarreal recupera y encuentra a Chukwueze en la banda derecha. Uno de los mediocentros ataca el espacio dejado por Alba, forzando a Lenglet a acercarse a esa zona y abriendo el espacio para la carrera de Alcácer. Roberto está demasiado lejos de la línea defensiva y Busquets elige cubrir el pase fácil, dejando la línea defensiva muy expuesta.
A parte de estas transiciones rápidas, que fueron pocas, el Villarreal sufrió para crear algo. No consiguieron recuperar el balón lo suficientemente rápido y cuando lo hicieron se encontraron muy lejos de la portería rival. Aunque en muchas partes sí que cubrieron bien los espacios y fueron un equipo compacto, los jugadores del Villarreal fueron muy pasivos en defensa y apenas apretaron a los culés, dejando al Barça jugar muy cómodo y avanzar con combinaciones rápidas. El Villarreal permitió 27,4 pases por acción defensiva, mostrando lo fácil que fue jugar a través de su presión, especialmente en la primera parte, cuando permitieron 50,2 pases por acción defensiva y no opusieron ninguna resistencia. Como comparación, el Barcelona permitió 10,4 pases por acción defensiva sin ni siquiera presionar de forma intensa.
Esta falta de agresividad a la hora de marcar y presionar se ve en las siguientes dos jugadas, ambas con Marc-André ter Stegen como protagonista. Al jugar los tres cerrados, uno de los delanteros del Barça siempre estaba libre ya que los otros dos fijaban a los centrales. El Villarreal no presionaba con la intensidad suficiente y permitía a Ter Stegen romper hasta dos líneas de presión con pases relativamente simples como los que vemos en las siguientes dos imágenes.
Arriba, nadie presiona a ter Stegen y el central derecho del Villarreal, Raúl Albiol, no decide si marcar a Suárez o a Griezmann, por lo que el portero alemán encuentra al uruguayo, que gira y crea un ataque peligroso. Los movimientos de los jugadores del Barça crean los espacios para que este pase sea sencillo.
Arriba, Suárez es el del medio del trío de ataque y nadie lo sigue al estar los centrales fijados con Messi y Griezmann. Vidal fija al mediocentro izquierdo y Ter Stegen aprovecha que André Zambo Anguissa no marca al uruguayo y vuelve a romper dos líneas con un buen pase.
El papel de los cambios
Viendo que no podían hacerse con el control del partido, el Villarreal hizo un doble cambio al descanso, metiendo a Bruno Soriano y Moi Gómez por Iborra y Gerard Moreno. Así, su formación cambió a un 4-1-4-1 con Soriano de pivote y Gómez con Anguissa de interiores. Así buscaron controlar el balón y aumentar su presencia en el centro del campo, y aunque mejoraron en posesión (29% en la primera parte por 36% en la segunda), no pudieron controlar el partido. Debajo vemos la disposición del Villarreal en el segundo tiempo.
Estos cambios más la entrada de Trigueros más adelante dificultaron el juego entre líneas del Barça, pero de todas formas pudieron mover el balón de lado a lado cómodamente sin necesidad de arriesgar, eligiendo defender con el balón.
En el otro lado, los primeros cambios del Barcelona fueron Riqui Puig e Rakitić por Semedo y Suárez. Esto dejó a Messi y Griezmann como delanteros, con Puig de enganche, Roberto de lateral y Rakitić como interior izquierdo.
El Barcelona ganó energía con y sin balón. A pesar de no ser especialmente fuerte al contacto, Puig es un trabajador nato en la presión y consiguió cuatro recuperaciones en media hora. También mejoró la intensidad de los ataques, atacando los espacios y llegando al área, generando espacios para que Messi jugara a gusto. Rakitić por su parte, al ser menos directo que Roberto, ayudó a controlar el balón y proteger la línea defensiva, mientras que Roberto como lateral derecho era una opción mucho más fiable para mantener el balón.
En los últimos 20 minutos, el Barcelona volvió a su habitual 4-3-3. Martin Braithwaite y Ansu Fati jugaron como delantero y extremo izquierdo respectivamente, Rakitić pasó al pivote y RIqui y Vidal a los interiores. Estos cambios combinados con el cansancio acumulado y el resultado hicieron que el conjunto culé defendiera más atrás. Messi no es tan útil en defensa cuando parte de la derecha, y Ansu y Braithwaite trabajaron más en el repliegue que en la presión.
Anguissa detectó mucho mejor a Riqui al tenerlo por delante y le ganó varios duelos físicos cuando Riqui se vio obligado a intentar aguantar el balón usando el cuerpo. Además, el Barça buscó más las contras, provocando que la posesión se equilibrara en los últimos 15 minutos (51-49 para el Barça).
El aspecto más positivo de los últimos 20 minutos fueron los movimientos de Ansu. La nueva perla culé fue una amenaza constante con sus desmarques al espacio, mostrando una inteligencia futbolística impropia de su edad. Supo cómo atraer a los defensas, alejarlos de su sitio y usar su velocidad para atacar los espacios que él mismo había generado, dando muchas soluciones al Barcelona.
El desmarque de su gol fue un ejemplo perfecto de su inteligencia. En la primera imagen debajo vemos cómo Ansu corre hacia Alba, que está a punto de controlar el balón en el lateral izquierdo. El lateral derecho amarillo, Mario Gaspar, corre a su par pensando que podrá anticiparse al pase. Pero en la segunda imagen vemos las verdaderas intenciones de Ansu. Una vez Gaspar está por delante y preparado para interceptar el pase, Fati cambia de sentido y ataca el espacio para recibir un pase largo por encima de la defensa, encarando a Albiol y marcando un un tiro inesperado.
Conclusión
Quizás ya sea demasiado tarde para ganar La Liga, pero la actuación del Barça ante el Villarreal fue suficiente para olvidar las polémicas de la semana. Griezmann tuvo su mejor actuación como culé y Setién parece haber encontrado un buen sistema para luchar por la Champions en agosto.
El Villarreal por su parte no estará contento con el partido. Su equipo está lleno de calidad pero no tuvieron el control del partido en ningún momento y les faltaron agresividad e intensidad para parar las combinaciones rápidas del Barça. Todavía pueden alcanzar la Champions, pero estando a seis puntos del Sevilla con 12 por jugar, parece que tendrán que conformarse con la Europa League la temporada que viene.