Tras la debacle de Lisboa ante el Bayern Múnich, el Barcelona se estrenaba en Liga con un a priori complicado partido ante el Villarreal. También se trataba de la vuelta de Unai Emery al Camp Nou, de dónde había salido derrotado en cada una de sus 12 visitas anteriores, siendo la última de ellas el famoso 6-1 ante el PSG.
El partido marcó el inicio del Barcelona de Ronald Koeman y la primera aparición en partido oficial de Lionel Messi tras su intento fallido de abandonar el club. Por su parte, el Villarreal llegaba al partido tras cosechar un empate y una victoria en sus anteriores encuentros y con la idea de continuar con su invicto en este inicio de Liga.
Alineaciones

En su debut como técnico culé, Ronald Koeman optó por el 4-2-3-1 que venía usando en pretemporada, alineando a Neto en lugar del lesionado ter Stegen; la defensa esperada formada por Sergi Roberto, Gerard Piqué, Clément Lenglet y Jordi Alba; un doble pivote con Sergio Busquets y Frenkie De Jong; y un ataque formado por Lionel Messi de falso nueve con Ansu Fati, Philippe Coutinho y Antoine Griezmann por detrás, aunque todos ellos con gran movilidad.
Por su parte, el Villarreal salió con el clásico 4-4-2 de Unai Emery. La defensa fue la habitual excepto por la entrada del recién fichado Pervis Estupiñán en el lateral izquierdo; el centro del campo lo formaron Dani Parejo y Francis Coquelin en el doble pivote con Samu Chukwueze por derecha y Moi Gómez partiendo desde la izquierda pero apareciendo por dentro. Arriba, Gerard Moreno y Paco Alcácer compartieron delantera.
Los primeros cambios de Ronald Koeman: nuevos roles y ataques más directos
El Barcelona no solo estrenó formación con el novedoso 4-2-3-1 de Koeman, también los jugadores ocuparon roles diferentes y el estilo de juego cambió con respecto a los últimos años.
En salida de balón, Busquets se alejó de la línea defensiva y fue principalmente De Jong el encargado de colocarse como tercer central y asumir responsabilidades. Busquets se mantuvo por delante del holandés y por detrás de la primera línea de presión, actuando como un pivote y ofreciendo soluciones por dentro. Los tres delanteros tendieron a alejarse de las bandas, que quedaron libres para las subidas de los laterales, y el mediapunta se colocó a espaldas del centro del campo rival.
En la imagen siguiente se ve claramente este esquema en salida. De Jong se coloca como central izquierdo, Busquets viene a recibir por dentro y los laterales abren el campo. Los tres de arriba obligan a la defensa del Villarreal a permanecer muy junta y Coutinho se coloca como opción de pase a espaldas del centro del campo.

Otra clave de los movimientos de ataque del Barcelona fue la movilidad de todos sus jugadores. Dependiendo de la posición del balón y de su lateral, los extremos se abrieron a banda o se metieron por dentro, generando dudas en la defensa y abriendo espacios que los carrileros atacaban logrando superioridades en banda.
Coutinho, Griezmann y Fati se coordinaron muy bien entre ellos y con Messi. Siempre había alguien atacando los espacios a espaldas de la defensa y otros viniendo a recibir. El aprovechamiento de los espacios fue muy bueno y los cuatro encontraron situaciones en las que aprovechar su calidad. Incluso De Jong fue el hombre más adelantado en algunos momentos, especialmente cuando Coutinho o Messi bajaban a la base de la jugada.
La jugada del primer gol es un claro ejemplo de todo lo dicho. Vemos a De Jong colocado como central derecho, siendo Lenglet el que saca la pelota. Los cuatro de arriba se cierran y buscan recibir entre líneas, obligando a la defensa del Villarreal a salir a marcarlos. Ansu Fati amaga con venir a recibir el pase de Lenglet y Jordi Alba ataca la espalda de la defensa aprovechando que el lateral derecho cae en el amago de Fati. La jugada acaba con un centro atrás y el remate de Ansu.

Uno de los cambios que pudimos ver en el nuevo Barcelona de Koeman es la verticalidad. El equipo trató de jugar hacia adelante con velocidad y plantarse en campo rival lo antes posible, algo muy diferente a la propuesta de Quique Setién, que pasaba por una salida más lenta y conservadora. Con Neto siempre muy pendiente de encontrar un pase rápido en cuanto blocaba el balón, el Barcelona contraatacó hasta nueve veces por solo cinco del Villarreal.
Además, el equipo no buscó tanto tener posesiones largas, sino atacar de forma vertical y recuperar el balón rápidamente para volver a atacar. La posesión se quedó en un 54% a favor del Barcelona (58% en la primera parte), pero el tiempo medio de posesión fue casi idéntico al del Villarreal (21 segundos para los culés y 19 para los amarillos). La verticalidad también se puede apreciar en las estadísticas: un 74% de las posesiones del Barcelona alcanzaron el campo rival y un 29% el área rival, por un 59% y un 15% del Villarreal respectivamente.
Otra de las claves de los ataques posicionales del Barcelona fue la cantidad de jugadores que llegaban al área rival. Se pudo ver hasta seis jugadores dentro del área con otros dos en la frontal, dejando a los centrales mano a mano con los delanteros del Villarreal. Al colocarse tan arriba, el Barcelona pudo presionar con facilidad sin necesidad de grandes esfuerzos.
Casi todos los ataques culés pasaron por la banda izquierda, donde se juntaban Frenkie De Jong, Jordi Alba, Coutinho, Ansu Fati y hasta Messi. Por el contrario, por banda derecha solo aparecía un Sergi Roberto que actuó prácticamente de centrocampista y un Antoine Griezmann incansable que también tendía a acercarse al centro.
Tanto las posiciones medias del Barcelona como la distribución de los ataques confirman que el juego gravitó hacia la izquierda, tal y como vemos a continuación. Por la izquierda llegaron la gran mayoría de ataques (33, un 63,4%) y también los más peligrosos, sumando 0,98 goles esperados por solo 0,64 procedentes del centro una vez descontado el penalty. Además, los dos jugadores de la banda izquierda, Fati y Alba, fueron los que más toques tuvieron dentro del área con nueve cada uno.


A la hora de defender, el Barcelona optó por una presión alta que fue bastante efectiva, especialmente en la primera mitad. En la presión, el equipo se estructuró en un 4-1-4-1 en el que era De Jong el encargado de abarcar espacios por delante de la defensa aprovechando su gran capacidad física y su velocidad para corregir con espacios. Busquets presionó más arriba, una de sus especialidades, logrando recuperar tres balones en campo contrario (el que más del Barcelona) y sin la necesidad de bajar a toda velocidad una vez superado al saber que tenía las espaldas cubiertas.
Además, los atacantes trabajaron mucho tanto en la presión como en el repliegue, logrando siete recuperaciones entre los cuatro y dificultando en gran medida el juego del Villarreal. Incluso Messi estuvo implicado en la presión en ciertos momentos y recuperó dos balones.
En la siguiente captura se aprecia el esquema del Barça en fase defensiva. Messi encabeza la presión de forma tímida, dejando que sea Albiol el encargado de la salida, Busquets y Coutinho se colocan en paralelo con los mediocentros del Villarreal y los extremos van a presionar arriba. Fue especialmente destacable el marcaje prácticamente individual de Busquets a Parejo en muchos tramos del partido.

En defensa posicional el Barcelona apenas sufrió ante la falta de creatividad del Villarreal y toda la línea defensiva completó un gran partido alejando cualquier atisbo de peligro y limitando al Villarreal a solo 0,31 goles esperados sin ninguna ocasión clara.
Un Villarreal poco compacto y sin ideas arriba
Tal y como vimos en el apartado anterior, el Villarreal intentó salir con el balón jugado desde atrás pero la falta de presencia entre líneas hizo que apenas lograran salidas limpias, viéndose obligados a intentar pases largos o muy arriesgados que la defensa del Barcelona no tuvo problemas en controlar. Parejo, llamado a ser el cerebro del Villarreal, estuvo en todo momento muy controlado por Busquets o De Jong, lo que obligó a los centrales a sacar el balón jugado.
En posiciones más avanzadas, Samu Chukwueze buscaba dar amplitud por derecha, mientras que Moi Gómez se colocaba detrás de los delanteros dejando el carril libre al debutante Pervis Estupiñán. Sin embargo, al Villarreal le faltó calidad en sus ataques. Las estadísticas al respecto son reveladoras. El Villarreal logró solo un 53% de efectividad en sus pases al área, un 27% en centros, un 29% en pases interiores, un 59% en regates y solo dos pases claves. Por comparar, el Barcelona logró respectivamente un 70%, un 33%, un 71% y 10.
Al intentar progresar con balón, el Villarreal tendía a partirse en dos, por lo que era imposible encontrar a nadie entre líneas y debían arriesgar mucho en sus pases. Además, una vez interceptados los pases, el equipo quedaba mal dispuesto para defender, lo que favoreció las numerosas contras del Barcelona.
En las dos imágenes siguientes vemos ejemplos de la distancia entre líneas del Villarreal en ataque y de la falta de opciones a espaldas del centro del campo del Barcelona. En ambas el poseedor del balón se ve obligado a arriesgar y acaba perdiendo el balón.


En cuanto a la presión, el Villarreal también se mostró muy poco compacto. Los delanteros y centrocampistas intentaron presionar arriba pero dejaron muchísimo espacio entre ellos y la línea defensiva, por lo que cada vez que el Barcelona conseguía superar la presión, los atacantes culés encontraban una autopista hacia la meta rival. De hecho, el Villarreal tuvo una longitud media (distancia entre el jugador de campo más avanzados y el más retrasado) de 50 metros por 42 del Barcelona.
El segundo tanto del Barcelona es un ejemplo claro de los problemas del Villarreal a la hora de presionar. Como vemos en las dos imágenes a continuación, el Villarreal dejó muchísimos espacios a la hora de ir a la presión, por lo que un buen pase de Lenglet es suficiente para encontrar a un Coutinho completamente solo, que gira y conduce 40 metros sin oposición antes de asistir a Fati.


Tras el descanso y ya con el 4-0 en el marcador, Unai Emery pasó a un 4-1-4-1 retirando a Alcácer y metiendo a Vicente Iborra. Con este movimiento el Villarreal logró más presencia en por delante de la línea defensiva y además liberó a los dos interiores para que jugaran entre líneas.
En la imagen siguiente vemos la disposición del Villarreal en la segunda parte. Vemos a Iborra plantado delante de los centrales, Parejo y Trigueros buscando recibir a espaldas del medio campo rival y a los extremos y laterales alternándose para dar amplitud y profundidad.

Estos cambios unidos a la menor intensidad de la presión del Barcelona hicieron que el Villarreal aumentara su posesión en la segunda parte hasta un 49% desde el 42% logrado en la primera mitad.
De todas formas, la entrada de Iborra no solucionó todos los problemas del Villarreal, ya que el Barcelona siguió encontrando espacios a ambos lados del pivote y la pérdida de un delantero restó mordiente a la presión alta. En la imagen siguiente vemos cómo sigue habiendo una gran distancia entre líneas e Iborra se ve rodeado de jugadores del Barcelona sin poder llegar a marcarlos a todos.

Conclusión
Lo que parecía a priori una tarde complicada en el Camp Nou acabó siendo un paseo triunfal del Barcelona, que liquidó el partido en la primera parte y jugó la segunda con solvencia. Ansu Fati acaparó todos los focos el día que estos parecían apuntar a Messi y confirmó por enésima vez que ha llegado al primer equipo para ser clave.
Unai Emery sumó su 13ª derrota en el Camp Nou en otras tantas visitas y en ningún momento pareció tomarle el pulso al encuentro. El intento de reacción en la segunda parte iba bien encaminado pero fue insuficiente y tardío, por lo que la derrota fue merecida y demostró el largo trabajo que le queda por delante.