Neoliberalismo blaugrana

Produce más que el resto, sé mejor en tu ámbito y compite por demostrar tu valía ante unos compañeros que lo más seguro es que estén igual que tu. El neoliberalismo, incansable en lo que se refiere a enviar su coñazo de mensaje, invade nuestras vidas principalmente en el ámbito laboral. Poco espacio queda para hacer las cosas con calma y disfrutar del proceso. Futbolísticamente hablando a esta ideología se la conoce como cortoplacismo, un mal que continúa acechando al FC Barcelona, en este caso al de Ronald Koeman.

Es cierto que el Barça no pasa por su mejor momento, en liga solo ha conseguido cinco puntos de 15 posibles en el último octubre, pero aquí existe un factor que se le escapa tanto al neoliberalismo como al cortoplacismo: el contexto. La situación es que Koeman tan solo lleva cuatro meses como entrenador culé, y a diferencia de Ernesto Valverde o Quique Setién, está reconstruyendo un equipo entero. Un nuevo sistema, la inclusión de jugadores jóvenes como Pedri, la reanimación de figuras como la de Antoine Griezmann, Ousmane Dembélé o revivir la pasión de Leo Messi tras el calvario del último verano son algunos de los muchos factores a los que el holandés se está enfrentando.

Aunque no es ninguna mentira que el equipo ha tenido algunos partidos malos, sí ha mostrado síntomas de estar en un camino mucho mejor que el vivido en la anterior temporada. El mayor exponente de ello fue el empate ante el Alavés. La primera parte fue horrenda, pero el Barça dio una cara totalmente distinta en la segunda . Los culés tuvieron la mala fortuna de toparse ante un Pacheco descomunal, pero los cambios hechos en la media parte consumaron una clara mejoría: de no generar apenas peligro a realizar un total de 25 tiros. 

Un caso curioso el del neoliberalismo blaugrana, que quiere hiperproductividad en los resultados y en el juego pero centra la defensa de su idea en una versión light de los famosos “huevos”.

Más allá de los datos, esto no deja de ser un deporte en el que puedes ganar, perder o empatar sin necesariamente ver tus esfuerzos recompensados o, por el contrario, haber dejado la mejor de las sensaciones. Pero claro, al cortoplacismo le da igual el cómo. No le importa el proceso, busca el resultado, y si puede ser más abultado, mejor. Hiperproductividad neoliberal en toda regla que se traduce en exigencias irreales. ¿Cómo puede ser que este Barça, con una propuesta nueva implementada recientemente, no domine al Alavés y empate contra él? “Despedido”, como diría el jefe entrepeneur de turno.

Una vez más, la situación es más problemática por el cómo que no por el qué. Los mismos que criminalizan este Barça sin tener en cuenta el contexto, recurren a la actitud como argumento de castigo. ¿Qué hace Koeman sentado en el banquillo con una importante cara de desesperación en vez de estar de pie exigiendo a sus jugadores más intensidad? ¿Por qué no corre Messi para defender en el minuto 92 cuando el resto del equipo está colocado correctamente? Un caso curioso el del neoliberalismo blaugrana, que quiere hiperproductividad en los resultados y en el juego pero centra la defensa de su idea en una versión light de los famosos “huevos”.

Sin embargo, como sucedió ante el Dinamo de Kiev, eso no quita que hayan cosas que estén mal o, mejor dicho, no tengan buena pinta. Frenkie De Jong de central como pilar en vez de recurso, las transiciones defensivas, el entorpecimiento del doble pivote a la hora de elaborar las jugadas… Aun así, seamos realistas: estamos en noviembre y el Barça actual no tiene ni medio año de recorrido. Ya llegará marzo, cuando el equipo esté más asentado y empiece a jugársela en todas las competiciones. Así que de momento, como se dice en la dichosa jerga neoliberal, laissez faire.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s