La llegada de Pjanić al FC Barcelona le permite a Koeman añadir a su libreto un tipo de mediocampista que antes no tenía: el intenso. Ese ápice de atrevimiento dentro de un contexto de orden puede solucionar -en cierta medida- la falta de ritmo con balón que tanto ha frenado el crecimiento ofensivo del Barça los últimos años.
Frenkie y Pjanić: un doble pivote complementario
Parece que entre holandeses se entienden. Koeman le está dando a De Jong su rol natural. Jugando más descolgado y de cara a la portería rival está sacando a relucir una de sus mayores virtudes: la conducción. A partir de ella, consigue dividir y fabricar mejores espacios para los atacantes.
Al lado de él, el bosnio. Futbolista de muy buen pie por encima de todo, pero también con una inteligencia a la hora de interpretar los espacios en salida que pocos tienen. Supone un alivio para los centrales. Pjanić se adueña un poco más de la base, mientras que Frenkie estira y gana altura.
El ex de la Juventus sabe aparecer para ofrecer esa línea de pase que ayude al bloque a superar la primera línea de presión rival, y teniendo en cuenta que el equipo sufre especialmente contra presiones altas, Miralem puede ser una solución parcial a este problema. Una vez el Barça progresa con pelota, -mediocampo- vemos la faceta más diferenciadora de Pjanić con respecto al resto de mediocentros de los que dispone Koeman. El bosnio juega a otro ritmo. Vive en tensión y con una «obsesión» controlada de verticalizar el juego. Interpreta cuando pausar o cuando activar a un compañero que espera a recibir por delante – recurre mucho al balón al delantero a la espalda de la defensa-.
Lector de zonas pasivas
También demuestra ser un gran lector de zonas pasivas -parte del campo donde hay más espacios- desplazando el balón a esos lugares menos transitados. Es productor asiduo de mayores márgenes de tiempo y espacio que permiten a sus compañeros más facilidades ofensivas. Es una manera de desgastar y desesperar al rival, que siente como puede quedarse al borde de la recuperación a pesar de la presión. Cambiar el sentido de la jugada enviando el balón a zonas más alejadas para desahogar el juego ofensivo.
Roles destinados a entenderse
Van definiéndose los roles de los creadores de juego que, a corto – medio plazo, pueden dotar de una mayor identidad al Barcelona. La figura de Frenkie potenciada por su actual función como mediocampista más «suelto» y el bosnio como mediocampista de base, pero que también explota su potencial en zonas más altas a través de su alto ritmo de juego y disparo a media distancia. Pjanic para jugar más rápido, pero también mejor.