El domingo Catalunya celebra elecciones. En medio de una pandemia, los catalanes tenemos que elegir a quiénes nos representarán en los próximos cuatro años. No les voy a engañar si les digo que el ambiente es descafeinado e incluso hay cierta desidia. Normal, cuando el problema está en una pandemia que sigue azotando en el ámbito sanitario y económico. Vivimos en momentos de hartazgo, tenemos fatiga pandémica, como dijo Salvador Illa en el debate de anoche en TV3 y por ello es más necesario que nunca encontrar válvulas de escape. Enciendan la televisión y disfruten, porque hay un equipo que sigue avasallando a sus rivales.
El Johan Cruyff asiste cada semana a una especie de carrera por ver cuánto tarda el equipo en cerrar el partido. Y cuando el resultado es favorable, empieza la batalla por ver cuántos récords baten. Ante el Real Betis bastaron doce minutos para cerrar la contienda. María León con su segundo tanto de la temporada y Alexia Putellas con el décimo (el 80 del Barça en Primera Iberdrola) inauguraron un marcador que iría a más, aunque tardaría más en aumentar de lo esperado. Las locales siguieron al acecho, pero las ocasiones generadas se contabilizaban como fallos.
Si de los políticos no te puedes fiar, del FC Barcelona menos todavía. Después de tanto llegar (y perdonar), al final terminaron marcando. Diez minutos después de salir del túnel de vestuarios, Aitana Bonmatí ponía el tercero en el marcador y anotaba su octavo tanto en Primera Iberdrola, superando a Lieke Martens (7). Acto seguido, Mariona tenía que abandonar el terreno de juego después de hacerse daño en el tobillo. Sin embargo, Jenni primero y Patri después hicieron desaparecer el mal trago para llegar a los cinco tantos en la tarde. Guijarro, además, anotó el tanto 50 como local del Barça en liga esta temporada y, según dato de Marc Andrés, llegó a los 25 en su cuenta particular.
Jenni anotó su doblete de penalti para cerrar la goleada. Poca historia más en un partido dominado de principio a fin por las catalanas. Puede sonar a tópico, pero es que la historia en casa es siempre la misma. Si el Estadi Johan Cruyff fuese el Parlament, el Barcelona hubiese sacado siempre mayorías absolutas. No existe poder tan dominador como el de este equipo, que gobierna los partidos a su antojo. Con cuatro partidos menos, saca diez puntos de ventaja en lo más alto de la tabla. Superioridad aplastante, una nueva victoria en casa y en el horizonte una propuesta de ley para volver a campeonar en Primera Iberdrola.
Foto: FCB Femení