Un plan sin plan

Incluso la improvisación requiere de un plan que sostenga la situación cuando la improvisación no llegue al mínimo resultado y es que siempre he pensado creído que todo lo que ocurre en el campo es una consecuencia de los que haces minutos, segundos e incluso horas antes al decidir el once que plantas.
El fútbol necesita de un plan y no vivir de la inspiración, son muchos los partidos y momentos en los que vemos que la inspiración es la que marca el devenir de la jugadas en el Barça y eso provoca una solidez inexistente que diluye al equipo como un azucarillo en una café hirviendo.

Un equipo que cae en engaños continuamente como el de Jordi Alba en el 1-2 contra el PSG saliendo a donde no tiene que salir o con Dest picando siempre en la trampa de Mbappé para dejar solo a Kurzawa.
Interiores y mediocentros que no se protegen dejando solares en su espalda.
Un equipo incapaz de girar al rival teniendo a un extremo anclado que cada vez que recibe lo hace en 2×1 y un extremo izquierdo que tiene como misión ocupar un área.

En el partido de ida contra el PSG vimos a un equipo con un plan que ejecutó a la perfección.

Tenían claros varios conceptos y varias ideas, sabían defensivamente en que zonas no podía recibir nunca Leo Messi, les daba igual que recibiese en cualquier zona del campo menos en la establecida y lo cumplieron sabiendo que de eso dependía en gran parte el éxito, de hecho la única que vez que no lo lograron Leo consiguió dejar en ventaja a Dembélé que al igual que en la ida contra el Liverpool remató flojo y Navas solo tuvo que recoger el balón.

En clave ofensiva tenían clarísimo como debían encontrar a Mbappé para maximizarlo, conocían la debilidad defensiva de una banda con Dest y Dembélé y lo aprovecharon, juntaron varios pases entre Verratti, Paredes y Marquinhos (después se sumó Ander Herrera) y giraron rápido el juego para atacar con Mbappé que atraía a Dest para dejar el espacio a Kurzawa al que no seguía Dembélé, pero la superioridad mostrada por Mbappé no solo fue cuestion de atraer a Dest, también debemos destacar el trabajo oscuro de Mauro Icardi que sujeto a Piqué que no estaba al máximo de sus posibilidades ademas de atraer a Lenglet para abrir el intervalo del francés con Jordi Alba para que Moise Kean atacase la espalda de Lenglet.

El Barça en cambio solo pensó en la inspiración de sus jugadores, sin la más mínima intención de crearles los contextos necesarios y es que como dije hace un minuto tuvimos a un Dembélé anclado en la banda derecha pero que cada vez que recibía lo hacia con 2 jugadores del PSG ante la incapacidad del equipo de girar rápido el juego.

Y lo peor de basarte solo en la inspiración de tus jugadores viene cuando ves que Dembélé remata flojo en una ocasión clara, Griezmann tiene 2 ocasiones y no transforma ninguna.

Otro de los deficit que vemos en el Barça es la nula tensión competitiva.
La pasividad mientras ves que te pasan por encima y no tienes ni la “mala leche” de responder con un juego duro o ver como en el primer tiempo I.Gueye recibe tarjeta en el minuto 20, hace varias faltas después y no se “presiona” al arbitro en busca de una segunda tarjeta, pero tampoco visión de futuro conociendo que un jugador clave para el PSG como Verratti estaba a una tarjeta de perderse la vuelta y ni a un así se trata de buscarle una tarjeta para eliminarlo de la vuelta.

En definitiva vimos un equipo parisino con un plan estudiado que fue ejecutado a la perfección y un Barça con un plan muy simple en el que no había plan alguno mas hallá de la inspiración divina.

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