Cuando todo va mal, el FC Barcelona nos recuerda que siempre se puede ir a peor. La telenovela blaugrana, a pesar de aún no estar en cines, sí que queda expuesta ante los millones de aficionados de culés que hay por todo el mundo. Ronald Koeman se ha propuesto avivar aún más las llamas que desde hace ya tiempo incendian el Camp Nou.
Los desastres deportivos y económicos anteriores han dejado una herencia nefasta que, sin apenas margen, tiene que revertir Laporta en tiempo récord. La situación de por sí ya era compleja, -por suavizar la expresión- pero las declaraciones de Koeman, unidas al juego y resultados de su equipo, han hecho que la guerra civil estalle en Barcelona.
Del “esto es lo que hay” al “quedar en una posición alta de la liga sería un éxito”, pasando por “en la Champions League no se pueden esperar milagros”. Frases que más allá de ser ciertas o falsas, jamás podría decir el entrenador de uno de los mejores equipos de lo que llevamos de siglo.
Es cierto que en la Champions no se puede esperar un milagro. A día de hoy, El FC Barcelona no está para ganarla, ni siquiera para competirla, pero la imagen de pasotismo y de estar condenado a la derrota nunca podrá ser compatible con luchar por ganar en un futuro. Ya no hablamos de realidades, sino de mentalidad ganadora. Mentalidad FC Barcelona.
Es una frase corta que dice mucho. De hecho, lo dice todo. Ya no sólo se trata de los resultados o el mal juego, sino del desprestigio indirecto a un grupo de futbolistas que, perdonen que les diga, está para mucho más. Quizás habría que cambiar el “esto es lo que hay” por un “esto es lo que hay, pero vamos a luchar por lo que puede llegar a ser”. Es la mentalidad ganadora lo único que te acerca a ganar.
Si tenemos en cuenta el mal juego, la nula identidad, los malos resultados y estas palabras que sólo invitan al pesimismo, no veo el momento en el que Ronald Koeman sea capaz de rehacer a este Barcelona. Es una tarea complicada, complicadísima, pero amarrarte a la soga de la derrota y la desesperación pone aún más imposibles las cosas.
Jugadores jóvenes como Ansu Fati, Frenkie de Jong, Pedri, Araújo, Nico o Gavi hacen creer a corto, medio y largo plazo. En relación a los más jóvenes, hacerles debutar no significa directamente confiar en ellos. ¿En qué contextos debutan? ¿Qué soluciones les ofreces para mejorar? ¿Usar a los jóvenes como una fuente nutritiva esencial o como una consecuencia de falta de nivel? Incógnitas, qué por el hecho de serlas, se alejan de armar un proyecto esperanzador y competitivo.
Lejos de la parte de arriba en LaLiga, goleada ante el Bayern y un equipo al que su entrenador no le ofrece soluciones para, conociendo las limitaciones de la plantilla, poder mejorar como bloque. El Barcelona necesita un técnico que les haga creer a los futbolistas que son más de lo que realmente son. La plantilla necesita asistencia técnica, soluciones desde lo táctico. Pero bueno, no pasa nada. Esto es lo que hay, supongo.