A finales de mayo, con la temporada 2020/21 terminada, Laporta ya empezaba a trabajar en la planificación deportiva de la siguiente. Una de las dudas más relevantes que sobrevolaban la cabeza del nuevo presidente era la continuidad de Ronald Koeman. El técnico y Laporta se reunieron para abordar el tema, junto con Rob Jansen (el representante del neerlandés), el vicepresidente deportivo Rafa Yuste y el director de fútbol Mateu Alemany. La reunión se convocó un martes 25 de mayo, duró media hora y la conclusión a la que llegaron los presentes fue que el club quería prescindir de los servicios de Koeman pero se daba un plazo de quinze días para cerrar su sustituto. El reemplazo de Ronald nunca llegó, así que empezó el curso 2021/22 manteniendo el cargo de entrenador del primer equipo.
Hoy, exactamente cuatro meses después, la situación es similar aunque con algunas diferencias cruciales. Koeman parece sentenciado, solo un milagro deportivo provocaría que el exjugador blaugrana terminara la temporada sentado en el banquillo del Camp Nou. Pero, de momento, sigue siendo el entrenador porque el club no ha cerrado ningún sustituto. Los dos nombres que más suenan, Robert Martínez y Xavi Hernández, tienen contrato en vigor con la selección belga y con el Al-Sadd catarí y el hipotético acuerdo con cualquiera de los dos no sería inminente. Por lo tanto, Koeman aún no ha vivido su último partido como entrenador del Barça.
La relación entre Koeman y Laporta no empezó de la mejor manera, pero después de la ratificación del neerlandés como entrenador parecía que las aguas estaban calmadas. El club daba un voto de confianza a su técnico y él, aún con el añadido de la marcha de Messi, se mostraba con fuerzas para esta nueva temporada. Además, cuando empezó la misma la junta directiva empezó a negociar con Koeman una posible renovación, ligada a los éxitos deportivos a final de curso. Esta propuesta, que en principio indicaba la confirmación del buen ambiente entre Laporta y Koeman, se convirtió en todo lo contrario.
El entrenador no tardó en recriminar al presidente la filtración a los medios de la propuesta de renovación. La relación de Koeman con la prensa es algo ambigua, ya que no se debe olvidar que fue un periodista quien “fichó” a Ronald para el Barça y es su principal defensor en numerosas tertulias y programas futbolísticos, siempre con información confidencial de primera mano. La escalada de la tensión y el tira y afloja tuvo su cima en el ya famoso comunicado de Koeman en la rueda de prensa anterior al Cádiz-Barça. El neerlandés se limitó a leer un documento en el que dejaba clara su visión del equipo y su incapacidad para luchar por los títulos. Leyó el comunicado sin aceptar preguntas de los medios, decisión que tomó de manera unilateral y solo avisando al vestuario y a la junta minutos antes de salir ante los micrófonos.
Laporta y su equipo han seguido estos días con el discurso institucional pero con un mensaje claramente molesto respecto las recriminaciones públicas de Koeman. Ronald y ‘Jan’, después del inicio accidentado en mayo, han parecido destinados a no entenderse. Y es que la herencia de Bartomeu fue doble en el caso del entrenador. Por un lado, la nueva junta entró con un técnico con contrato, al que no habían fichado ellos, y con un finiquito de 12 millones de euros que el club no se podía permitir en plena batalla por la rebaja del límite salarial. La situación contractual del entrenador, delegada por Bartomeu y su directiva, fue el primer foco de tensión de la junta entrante. Al final, el tira y afloja entre Laporta y Koeman ha provocado que la cuerda se rompiese, y por varios sitios.
Entre las figuras del entrenador y el presidente se encuentra la plantilla del Barça. El ambiente entre los jugadores y Koeman parecía inmejorable después de la final de Copa del curso pasado y, aunque el último tramo de Liga fue decepcionante, la continuidad de Ronald se veía con buenos ojos desde el vestuario. Sin embargo, las cosas han cambiado estas últimas semanas. Los jugadores han pasado de decir que “Koeman es el entrenador indicado para este momento” a mostrar su descontento con las declaraciones de su entrenador, resignándose a competir por los títulos con la plantilla actual. Después del empate a cero en Cádiz, Sergi Roberto y Piqué se encargaron de mandar un mensaje a la afición desmontando el argumento de Koeman. Gerard reconoció que “no visto la camiseta del Barça para quedar segundo o tercero”, mientras que Sergi añadió que “tenemos plantilla para pelear por La Liga”. Los jugadores se oponen a dar la temporada por perdida a pleno mes de septiembre, al contrario que su entrenador.
Laporta no parece dispuesto a que la situación, pese a ser semejante a la de hace cuatro meses, acabe de la misma manera. Además, ahora el Barça sí se puede permitir pagar el finiquito a Koeman después de los malabares económicos en los últimos días del mercado de fichajes y las rebajas salariales con pesos pesados del vestuario. Lo que no se puede permitir el club es tener un entrenador que no cree en su plantilla, un entrenador que se ha resignado a ganar, que se ha resignado a competir.