Aún hay distancia

Artículo publicado por Alberto Muñiz (Twitter: @L0bert0)

Quince minutos tardó el Barça en tirar por tierra todas las esperanzas del Real Madrid de Alberto Toril, que se enfrentaba a su primer test verdaderamente serio desde que cogiese las riendas del equipo a finales de noviembre. Concretamente, esos minutos que van entre el 7 y el 22 fueron suficientes para que el equipo de Jonathan Giráldez cogiese una ventaja prácticamente insalvable muy pronto. Antes de eso, el Madrid había salido dispuesto a no dejarse amedrentar y, aunque de manera tímida, las primeras aproximaciones cayeron de su lado.

La idea principal estaba clara: que Alexia no juegue. Giráldez, que ante la baja de última hora de Patri Guijarro en Londres había optado por meter a la Balón de Oro como mediocentro, decidió repetir idea. Así, entre Kossovare Asllani y Esther González debían repartirse la tarea de presionar a las centrales y vigilar que la 11 recibiese poco y lo más incómoda posible. Sin embargo, en el minuto 6 ya se dejó ver por dónde podría hacer aguas el Madrid en un balón profundo con el que Mariona Caldentey buscó a Lieke Martens y al que la neerlandesa no llegó por centímetros.

Se suele decir alegremente que tal o cual jugador es un “futbolista total”. Pero no por ser una expresión manida resulta menos cierta en el caso de Mariona. Y es que la de Felanitx consigue hacer bueno cualquier plan ya juegue en el interior, en posición de DC o en cualquiera de los extremos. Tiene el conocimiento del juego y el talento para ejecutarlo. Ahí residió uno de los graves errores del Madrid, que ni Aurélie Kaci ni Claudia Zornoza estuvieron atentas a la 9.

En ese minuto 7, Mariona encontró a Fridolina Rolfö en carrera, y la sueca centró para que Lieke rematase hasta tres veces ante una María Isabel Rodríguez que se resistió cuanto pudo a ser batida. Misa acabaría recogiendo el balón de las mallas otras dos veces: en el 18, cuando Irene Paredes remató en carrera un saque de esquina botado por Lieke; y en el 22, cuando la jugada intentada en el minuto 6 salió a la perfección y la conexión Mariona-Lieke acabó en una definición maravillosa de la de Países Bajos.

El Madrid intentó animarse a través sobre todo de una Athenea del Castillo que aprovechaba su velocidad para pisar área, y aunque las blancas llegaban al área con cierta facilidad, no llegaban a transformar esos acercamientos en ocasiones peligrosas. Por su parte, el Barça empezaba a encontrar a Caroline Graham Hansen -titular al fin tras superar sus problemas físicos- y varios saques de esquina, pero la guardameta canaria ya había cerrado su portería a cal y canto.

La segunda parte fue similar a estos minutos finales del primer tiempo, con una Misa que seguía empeñada en que no aumentase la goleada y un Madrid que buscaba acortar el marcador. Lo conseguiría en el 51, tras un balón dividido en el que Lucía Navarro le ganaba la partida a Rolfö y Asllani remataba acrobáticamente su centro. Sin embargo, el tanto blanco no cambiaría la dinámica del partido y el Barça siguió encontrando puerta, aunque sin premio alguno.

Una ocasión clara en el 75 de Marta Cardona y otra de Asllani en el 85 podrían haberle creado dudas a un Barça que no conseguía traducir su superioridad en goles, pero el marcador final se mantendría en ese 1-3 que demuestra que a día de hoy en lo que respecta a la Liga Iberdrola, aún hay distancia.

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