En la rueda de prensa previa del FC Barcelona vs Elche CF se hizo viral una frase de Xavi Hernández donde el técnico blaugrana afirmaba que a muchos jugadores les costaba entender el juego de posición. Al final lo gracioso era ver como mucha gente había vivido ajena a la realidad durante los últimos años en clave blaugrana y habían omitido el cambio de rumbo del club. Desde la época de Luis Enrique dónde se hizo un all-in a la MSN, la cual se coronó en 2015 con otro triplete histórico pero que fue cayendo en decadencia, pasando por un Ernesto Valverde que a pesar de ganar Ligas y Copas sumidos en cierta apatía y sufriendo severos correctivos en Europa, hasta la defunción definitiva con su despedida, la consiguiente llegada de Quique Setién y la certificación del reinado negligente de Josep Maria Bartomeu con Ronald Koeman a los mandos.
La declaración que posiblemente mejor resume el periplo del técnico neerlandés es aquel reconocido: «Es lo que hay», sin dejar de lado el famoso «Tiki Taki». Es cierto que el contexto blaugrana que le ha tocado vivir a la leyenda de Wembley ha sido muy dura a todos niveles, pero su cruda confesión justificaba los malos resultados y el pésimo fútbol mostrado. En mi opinión esto último es la gran diferencia con el recién llegado Xavi Hernández que comunicó tras el empate en El Sadar contra CA Osasuna que era la cruda realidad por la que estaba atravesando la entidad.
Se ha caído a la Europa League, el objetivo de clasificarse para la Champions League parece complicado y los resultados no llegan, pero el mensaje que transmite el entrenador egarense tanto en el verde como en rueda de prensa evidencian una cierta progresión. Lo vemos en sus honestas autocríticas y en conceptos básicos en el terreno de juego, como el poseer extremos bien abiertos, la salida de balón o la presión tras pérdida que parecían haberse olvidado por completo sobre todo en el último tramo de Koeman en Barcelona.
El recado de Xavi parece demostrar que las dos grandes apuestas del mandato de Bartomeu cómo son Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé, o también futbolistas en el punto de mira como Frenkie de Jong o Memphis Depay o hasta incluso canteranos como un Riqui Puig sin gozar de los minutos que se podían presuponer, no entienden el tan manido y manoseado ADN Barça y el desterrado Juego de Posición para su perplejidad, al mamarlo desde que tenía uso de razón en Can Barça.
Tampoco tuvo reparos en afirmar que los jóvenes son los que están manteniendo en pie al equipo y que los veteranos, más los jugadores anteriormente expuestos están dejando a deber y limitando a este FC Barcelona en sus aspiraciones. En medio del debate del estilo, nos encontramos con la obligación de sumar los tres puntos contra el Elche CF en el Camp Nou y por ello debe pasar la voluntad de recuperar a varios de los mencionados y a otros denostados para la causa.
Cada partido, una final y en esta ocasión se ha recuperado a un Jordi Alba que parece renqueante pero no se podrá contar con Sergiño Dest que sigue sin estar al 100%. Aunque la baja qué muestra las deficiencias de esta plantilla es la de un Memphis Depay que deja a Luuk de Jong cómo único ariete a disposición de Xavi por lo que tocará confiar en el encarador Abde Ezzalzouli y en un Dembélé que parece propuesto a llevar su renovación a zona de máxima tensión.
Se acaba el año y solo vale ganar, estamos octavos a 18 puntos de un Real Madrid que parece muy sólido para hacerse con el campeonato y además tocar visitar el martes el siempre complicado Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla FC puede hacer aún más grande la herida pero primero tocar vencer a un Elche que no gana en nuestro feudo desde tiempos de Rinus Michels en el banquillo y Johan Cruyff como gran estrella. Por muchos años que hayan pasado, teniendo la condición de local a favor, un plantel con mucho más gasto y talento, antecedentes favorables, todo ello de poco sirve, ahora cada partido es un nuevo comienzo, hoy más que nunca no hay rival pequeño y toca ganar aunque la gran mayoría sigan sin entender nada.