La verdad es que a Ronald Koeman se le ha puesto en duda en múltiples facetas pero si de una cosa tiene mérito en el pasado mercado estival es el de estancar dos carreras en una sola decisión. Gran parte del sentir popular le otorgaba la valentía de apostar por los jóvenes y en el bando contrario achacaban dicha circunstancia en la obligación dictada por el contexto.
La realidad es que muchos jóvenes se vieron con gran cantidad de minutos y otros pocos se vieron abocados al ostracismo. En la confección de la plantilla 2021/2022 se consiguió el fichaje de un joven con gran proyección a coste cero, al tratarse de una cesión que al disputar 10 partidos se deberían abonar 10 millones de euros a su club de origen, se trata evidentemente de Yusuf Demir.
Dicha incorporación se presuponía para el filial pero el técnico neerlandés, supuestamente, decidió darle dorsal de primer equipo y prescindir de un Alex Collado que había quemado todas las etapas en el fútbol formativo blaugrana acabando como gran estrella del B y siendo su capitán. Se llegó incluso a comunicar por vía oficial su salida al Club Brugge KV a préstamo con un abrazo con Joan Laporta que presagiaba un pronto retorno del sabadellense cuando hubiera un entrenador de su cuerda y diera un buen nivel en la preciosa ciudad belga conocida como la Venecia del Norte.
Mientras uno parecía poner rumbo a su nuevo destino, al austríaco se le asemejaban movimientos mesiánicos, comparaciones siempre odiosas y más para un chico que había comenzado su desembarco en la élite tras despuntar en la Admiral Bundesliga con el SK Rapid de Viena. Esos destellos en pretemporada le otorgaron dorsal del primer equipo con lo que ello conlleva, pocos minutos dada la competencia y la pertinente adaptación, restando la posibilidad de entender el juego y coger ritmo de competición en el Barça B. No se aprendió de la decisión que se tomó con Jean-Clair Todibo en contrapunto a Ronald Araujo, con destinos opuestos.
La decisión de su inclusión en el primer equipo y la complejidad de la salida de Antoine Grizmann no hacían vislumbrar posibilidad para que Collado tuviera dorsal y oportunidad para convencer a Koeman. Finalmente se dio la operación que llevaba a Saúl Ñíguez de Madrid a Londres, lo que permitió que el Atlético de Madrid consiguiera espacio salarial para incluir a Griezmann y el Barça le diera a su técnico un jugador de su confianza como Luuk de Jong. En ese proceso, los agentes de Collado lo tenían encarrilado con el Sheffield United FC de la Championship, pero todo hace suponer, que al ver la posibilidad de tener cierta importancia al salir el Principito francés, decidieron echar para atrás la salida y unirse a los Blades.
Finalmente entre la indecisión del propio Collado, la falta de confianza de Koeman y una junta a manos de que el Chelsea diera el paso, hicieron el cóctel perfecto para que uno de los canteranos más prometedores de los últimos años, se pase media temporada sin poder jugar al haber anulado su ficha, habiéndolo inhabilitado toda la temporada y a la espera de buscarle salida en el mercado invernal, presumiblemente al Granada CF (movimiento que también está en el aire pese anuncio oficial del Club). De buen seguro que con la multitud de bajas en la parcela ofensiva, hubiera sido importante pero Demir no acabó de encontrar su lugar.
Básicamente no tuvo el beneplácito de Koeman, que a pesar de incluirlo en su plantel, le ofreció 189 minutos tanto en Liga como en UEFA Champions League siendo titular únicamente en los empates contra el Granada CF y el Cádiz CF. Con la llegada de Xavi, disputó 102 minutos y tan solo un encuentro como titular, el duelo crucial contra el SL Benfica donde sus designios podrían haber virado de forma muy positiva de entrar esa parábola que se estrelló contra el larguero y que hubiera desatado la euforia en un Camp Nou azotado duramente por la lluvia y el frío.
De todas formas, parece que la llegada del egarense ha supuesto la constatación que está lejos de entender a qué quiere jugar el Barça y que jugadores del B como Ferran Jutglà, Abde Ezzalzouli o Ilias Akhomach, son más útiles y tienen mayor proyección. El larguero, la cláusula donde obliga a pagar 10 millones de euros si juega un partido más, los graves problemas económicos y su falta de conocimiento futbolístico blaugrana reflejada por ejemplo en la Maradona Cup, habrían sido condicionantes para tomar la decisión de cortar su cesión y que escuchara otras ofertas.
La indisposición gástrica “sufrida” ante el Elche parece que se reproducirá contra el Sevilla FC para abandonar Barcelona y recalar posiblemente en la Bundesliga tal como informa Lluís Miguelsanz en el Diario Sport, dado el interés del Borussia Dortmund o equipos donde podría ser más importante de entrada como el Bayer 04 Leverkusen o el Eintracht Frankfurt eV. Veremos si la decisión de no pulirse en el B o una economía tan maltrecha que no puede permitirse invertir 10 millones de euros en una futura promesa, nos puede ser devuelta en forma de boomerang con Demir consagrándose en tierras teutonas y costando una fortuna, pero la realidad es que el Barça no puede permitirse que juegue más minutos y le debe facilitar una salida para que pueda volar alto.