Faltan nueve días para que el Barça afronte la quinta semifinal de su historia. Y aunque llegan a esta eliminatoria de Champions como campeonas de Europa, afrontan el reto más complicado de la temporada: eliminar, por fin, al Wolfsburgo.
Ganar al club alemán no es una victoria más para las azulgranas. Vencerles va mucho más allá de lo que pueda revelar el resultado. Ganar al Wolfsburgo es dar un golpe sobre la mesa y demostrar que han llegado mucho más lejos de aquel «no hay distancia» de Alexia Putellas. Eliminar a las alemanas es demostrar que vuelve a haber distancia pero que ahora es el Barça quien la marca.
Decía Gary Lineker que «El fútbol es un juego simple, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania». Pero si alguien puede ser la excepción es el Barça de estas dos últimas temporadas. Barça y Wolfsburgo ya se han enfrentado en dos ocasiones y ambas eliminatorias se han decantado para las de Lerch. No lograron salir victoriosas en la de 2013-2014 ni tampoco en la de 2019-2020. Pero la situación actual es muy distinta. Y ahora se les abre la oportunidad de superar al club alemán por primera vez en su historia.
NUEVA ERA AZULGRANA
El mérito del equipo tras alzarse con el triplete de la pasada temporada es plantarse ante uno de los históricos de Europa como favoritas de la competición, cuando hace apenas dos años el desafío era competirles. Y es por eso, que esta victoria adquiriría tanto simbolismo. Ganar al Wolfsburgo evidenciaría que son el mejor equipo del continente, y que lo de la pasada campaña no fue casualidad.
Sin embargo, cabe remontar a hace dos temporadas para comprender la transcendencia que adquiere esta eliminatoria. El Barça llegaba a aquellas semifinales tras perder 4-1 en Budapest y se plantaba ante el segundo mejor equipo de Europa con la necesidad de demostrar que no era el mismo equipo de la pasada temporada. Y lo hicieron con creces. El Fútbol Club Barcelona dominó aquella semifinal, pero no tuvo la efectividad que demandaba un encuentro de tales dimensiones. Algo que sí hizo el Wolfsburgo con un gol de la ahora azulgrana Rolfö al inicio de la segunda parte. Una victoria por la mínima que alejó al club de aquella final pero que lo acercó a la versión actual.
De hecho, en esta eliminatoria es el club alemán quien debe demostrar su potencial. Tras una temporada agridulce -en la que se les escapó la Bundesliga y les eliminó el Chelsea por 5-1 en cuartos de final- el equipo liderado por Stephan Lerch ha vuelto a su mejor versión, y son líderes de la competición liguera a cuatro puntos del Bayern de Múnich, el campeón de la pasada campaña. Es el momento de mostrar que vuelve a estar entre los cuatro mejores clubes de Europa.
regreso AL CAMP NOU
A falta de nueve días para la cuarta semifinal consecutiva, el club ya se prepara para un partido histórico. Afrontan un partido idéntico al de hace dos temporadas, pero con unas condiciones muy distintas.
El equipo no se parece en absoluto al de hace dos años. Ahora es un equipo físico, más competitivo y con el fútbol que ya demostraron antaño. El equipo a batir, y que además ahora cuenta con Engen y Rolfö- que pusieron fin a su etapa en el club alemán para unirse al conjunto azulgrana- algo que ya hizo Graham Hansen un año anterior. Y que aunque pueda parecer anecdótico, no lo es en absoluto. El Barça actual encabeza un proyecto de referencia al que desean sumarse las internacionales. Y que lucha por su segunda Champions consecutiva.
A esta eliminatoria, cabe sumarle la presión del segundo asalto al Camp Nou. Un soldout en 24 horas, que pone al club en un nuevo escalón y que sorprendió incluso al equipo alemán. 90.000 espectadores en un estadio icónico son el empujón que el Barça necesita para seguir haciendo historia.