Lo primero fue la llegada de Darwin Núñez al Liverpool FC a cambio de 75M€ (según transfermarkt), a los que habrá que añadir variables en el futuro en función del rendimiento del delantero uruguayo a las órdenes de Jürgen Klopp. Este movimiento, junto a la incorporación en el pasado mercado de invierno del colombiano Luis Díaz procedente del FC Porto por 47M€ (también según transfermarkt), abrían por completo la puerta a un Sadio Mané que ya después de perder la final de la UEFA Champions League ante el Real Madrid afirmaba que buscaría una salida este verano.
El segundo paso del efecto mariposa se ha hecho oficial esta mañana, en la que Sadio Mané ha sido oficialmente anunciado como nuevo jugador del FC Bayern München, que ha pagado por el pase del senegalés 31+9M€ al Liverpool. La llegada de Mané a Säbener Straße tiene varias lecturas: la más sencilla sería pensar que la intención de Julian Nagelsmann sería contar con él como jugador de banda, toda vez que Serge Gnabry termina contrato en el verano de 2023 y aún no ha renovado; pero los últimos tiempos del atacante senegalés a las órdenes de Klopp han sido alejado de la banda y participando más como delantero centro, dejando el carril izquierdo para Luis Díaz.
Así las cosas, parece que el siguiente movimiento de la rueda veraniega de fichajes sería la salida de un Robert Lewandowski que se ha pronunciado públicamente buscando una salida pactada con el club muniqués y que solo contempla una llegada a Barcelona, a pesar de que algunos medios apuntaban recientemente a un posible interés del Chelsea londinense, dado que Romelu Lukaku volverá al Inter de Milán tras una más que decepcionante temporada a las órdenes de Thomas Tüchel.
Con la activación de las famosas palancas económicas y algunas salidas encarriladas, parece que la junta directiva presidida por Joan Laporta cuenta con volver a la élite del fútbol europeo más rápido de lo que algunos podíamos pensar.