El FC Barcelona y el Manchester City empatan 3-3 en un partido cuyos verdaderos ganadores son Juan Carlos Unzué y los afectados por la ELA
Quizás Juan Carlos Unzué se defina como una persona que habla mucho, pero hoy fue especialmente conciso en el Camp Nou: “Queremos seguir viviendo y disfrutando de la vida”. Un mensaje claro y directo que ha calado. El FC Barcelona y el Manchester City se han enfrentado en un amistoso solidario para recaudar fondos en la lucha e investigación contra la ELA. El resultado ha sido un 3-3, pero es lo de menos. Hoy el fútbol ha reivindicado que, a pesar de ser lo más importante de las cosas menos importantes, puede ser especialmente útil en aquellos sectores de la sociedad que realmente necesitan visibilidad y recursos. Y el Barcelona, después de muchos años con una imagen irreconocible, ha vuelto a demostrar por qué es més que un club.
Alicientes futbolísticos no faltaban en el enfrentamiento, teniendo en cuenta que sobre el césped había jugadores blaugranas que anteriormente habían sido citizens. El partido brindó la imagen de Pep Guardiola sentado de nuevo en el banquillo del Camp Nou, una imagen adorada por todo culé y con una conclusión colectiva: que duró mucho menos tiempo de lo que debería haber sido. El abrazo entre Guardiola y Xavi Hernández, uno de sus discípulos, representaba la comunión de una idea y su evolución. De cómo los años pueden pasar y las personas pueden cambiar a la vez que una expresión de nuestro ser -no sólo futbolísticamente hablando- se mantiene.
Pero el peso del simbolismo que cargaban los banquillos del Camp Nou eran efímeros en comparación al de la realidad. Aunque es imposible estar pendiente de todas las problemáticas existentes, también hay cierto tinte de egoísmo cuando las ignoramos. Pero Juan Carlos Unzué, sentado en la primera parte junto a Guardiola y en la segunda con Xavi, era la representación de una realidad no tan conocida: la de 4.000 personas en España que padecen esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa letal que cada año cuenta con 700 casos nuevos en el estado español. Desde que Unzué anunció su enfermedad, el barcelonismo ha estado de su lado. Sin embargo, ha sido hoy cuando ha mirado la dureza cara a cara. La respuesta ha estado a la altura: el partido ha buscado mostrar un fútbol atrevido y la entrada ha sido un éxito.
En la primera parte fue el FC Barcelona quien contó con mayor protagonismo. Un balón al poste de Franck Kessié en los primeros minutos era una advertencia. Daba igual que fuera un amistoso, por respeto lo mejor era salir a ganar. Sin embargo, todas esas ocasiones iniciales se vieron tapadas por el primer gol de la noche. Iñaki Peña pecó de confianza al salir ‘blando’ tras un centro y Julián Álvarez lo aprovechó para anotar en el minuto 21. Pierre-Emerick Aubameyang, de quién quizás se podía intuir una despedida, empató el encuentro aprovechando un balón muerto tras un centro de Raphinha. Le pegó de primeras con la derecha y entró sin miramientos, aunque también contó con una pequeña ayuda de Stefan Ortega.
El amistoso dejó una gran imagen: la grandeza de Iñaki Peña y el Camp Nou. Cada vez que Peña tocaba el balón, el barcelonismo se mostraba empático aplaudiéndole para que se animara. El portero, consciente de su calidad, se redimió con una doble parada en el minuto 47. Respondió en los tramos donde el Manchester City parecía imponerse para hacer olvidar su error. 20 minutos después Frenkie de Jong, mucho más acertado en comparación al partido contra la Real Sociedad, puso el 2-1 en el marcador tras un buen robo de Gavi en la presión. Los citizens respondieron con un tanto de Cole Palmer en una jugada elegante. Riyad Mahrez se la dejó a Joao Cancelo para que se la sirviera a placer al joven británico.
Estos dos tantos revivieron el partido, dejando claro que el City ni en los amistosos deja de hacer sufrir a sus rivales. Memphis Depay anotó en el minuto 79 gracias a una asistencia de Sergi Roberto, que recibió un excelente pase de Miralem Pjanic. Finalmente, los citizens pusieron las tablas con un gol de penalti de Mahrez. Las sensaciones positivas del partido de ver caras nuevas como la de Pablo Torre o la ovación a Eerling Haaland contrastaron con la sustitución de Luke Mbete. El joven central tuvo un choque en la cabeza con Andreas Christensen que generó escalofríos entre todos los espectadores. El tiempo de juego perdido era lo de menos ante la posible gravedad de la situación.
Decía el periodista Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003) en una columna para Avui en 2001 que “Desguardiolizado y desgamperizado, el Barça corre el riesgo de dejar de ser algo más que un club para convertirse, por ejemplo, en una ensaimada”. Hoy el Barcelona ha demostrado su implicación en la sociedad sumándose a la reivindicación de Unzué y los afectados por la ELA: el desbloqueo y la tramitación de la “Ley ELA”. Ninguno de los dos equipos quería perder, pero no iban a ser los ganadores independientemente del resultado. Sí lo son Juan Carlos y todas las personas que luchan diariamente contra la enfermedad. Ahora el reto es hacer que todos estos esfuerzos se conviertan en realidad en algún momento, cuanto antes mejor. Conseguirlo sería el mejor homenaje posible a todos los que nos dejaron, los que están y los que llegarán.