Un recreo para el Barça

El FC Barcelona ha superado con un contundente 3-0 al Elche CF, condicionado desde el primer cuarto de hora del partido

Crónica por Joan Cebrián (@Motijoan)

El FC Barcelona tuvo este martes una noche intensa en Alemania, donde el Bayern de Múnich se encargó de bajarle los pies a la tierra por si tenía la mínima intención de ‘fliparse’. De columpiarse con la ilusión, las expectativas o las ganas, tres campos completamente justificados teniendo en cuenta el contexto culé. Aquellos minutos fatídicos en el Allianz Arena sirvieron como aprendizaje para un equipo que muestra la evolución a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, esta jornada liguera un 3-0 contra el Elche CF ha servido como a modo de recreo para poder descansar.

Habiendo sumado sólo un punto, el Elche a priori no suponía una amenaza para el FC Barcelona. Pero el Spotify Camp Nou sabe a la perfección que durante el último lustro el Barça estaba acostumbrado a relajarse después de asegurar una ventaja, un hecho que en numerosas ocasiones acababa en un desenlace decepcionante para los blaugranas. No obstante, una tarjeta roja a Gonzalo Verdú tras una falta a Robert Lewandowski llegados al cuarto de hora sentenció el enfrentamiento. Jugar con desventaja numérica era uno de los condicionantes que menos desearía un club que resaltó en Barcelona por qué durante las últimas semanas se señalaban sus errores defensivos.

Sin ni siquiera necesitar la expulsión de Verdú, este partido se dejaba entrever como una oportunidad para dar descanso a los ‘indiscutibles’ del FC Barcelona. Xavi Hernández se animó a sentar a Sergio Busquets pero no a Ousmane Dembélé, que horas después de vivir la emoción de ser padre por primera vez tenía que acudir a la llamada blaugrana. Sí aparecieron Frenkie De Jong y Franck Kessié. Aunque cabe destacar el contexto de la superioridad numérica, De Jong no hizo un mal papel. Más allá de combinar verticalidad y horizontalidad, llegó a animarse disparando desde lejos. Quien dejó más frío fue Kessié, que vio una tarjeta amarilla tras un codazo sobre Lucas Boyé en el minuto cinco, fue perseguido por su pequeño impacto y por la picardía del Elche buscando que Muñiz Ruiz le sacara la segunda amarilla en cada choque. 

La superioridad del Barça fue constante: construyó, generó y acertó de cara a portería. Quizás no culminó tantos goles como podría haber sido, pero evitó una imagen de impotencia como la que vivió en Múnich. El recreo que fue el encuentro liguero tuvo dos líderes naturales que dejan embobados al resto de estudiantes: Pedri González y Alejandro Baldé. El canario reflejó lo que es: una persona de carácter moderado que sorprende a todo el mundo con su virtuosidad. En el primer gol, anotado por Lewandowski, se tomó toda la pausa necesaria para ver cómo Balde avanzaba por el carril izquierdo. Ya con el balón en los pies, asistió all ‘nueve’ polaco para inaugurar el marcador rematando desde el segundo palo.

Pedri decide rápido y bien, como si fuera aquel manual de instrucciones futbolístico deseado por todo entrenador. Todo el mundo desea el talento del canario no sólo para el césped, sino para el día a día. También la capacidad de aprendizaje de Balde, que cerró su tarde con un doblete de asistencias. El lateral no sólo asimila más conceptos, asume mejor cuándo atacar los espacios desdoblando, qué pase requiere cada jugada o cuándo aprovecharse de su poderío físico. Su segunda asistencia no fue complicada, todo lo contrario: fue un pase corto a Memphis. John Nwankwo se atrevió a cubrirle cuerpo a cuerpo y el holandés tiró de calidad. Firmó un gol habitual en el Palau Blaugrana gracias a Ferrão, pívot de la sección de fútbol sala del Barça, girándose con la pierna derecha y pegándole con la contraria para hundirla en la red.

La imagen anecdótica del partido fue el gol anulado a Pedri. El canario, todo un artista que perfecciona el qué y el cómo a la vez, marcó el tercer gol de la tarde. Lo hizo de la manera más antiestética posible: de rebote. Pero al fin y al cabo, lo que cuenta en este deporte para ganar son los goles. Su posición era irreglamentaria, por lo que no subió al marcador, pero tras esa jugada Francisco Rodríguez acabó expulsado. Al Elche le arrebataron el liderazgo que podía mantener el desastre y finalmente se vio obligado a marcharse del Spotify Camp Nou con los bolsillos vacíos. Lewandowski puso el 3-0 definitivo en la segunda parte tras aprovechar un rechace que originalmente había caído en Memphis.

La frustración de Ansu Fati

El partido contra el Elche no fue el mejor bálsamo para Ansu Fati. En lugar de poder liberarse en el recreo que fue el duelo, a Fati se le atragantó el gol. Pedri le dio dos ocasiones claras en la segunda parte para deshacerse de su mochila de pensamientos personal que no aprovechó. La primera la falló y la segunda acabó en un pase al segundo palo para Raphinha a pesar de tener toda la intencionalidad de ir a portería. Las jugadas dejaron la sensación de que con el Ansu previo a la lesió habrían acabado dentro. También que en otro estado de forma él habría sido titular y no Memphis. Pero al fin y al cabo, no deja de tener 19 años. Su ausencia en la última convocatoria de la selección española es ese mal que arrastra desde su casa a Can Barça, justo como hacen los alumnos en las aulas. Aunque encontrar una solución para la situación es obligatorio, es más importante que sea certera para que perdure a largo plazo.

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