Es complicado no identificarte con una futbolista como Alexia Putellas. La capitana azulgrana destroza todos los precedentes anteriores para firmar la historia con absoluta autenticidad, naturalidad y sencillez. En el campo y fuera de él. E inevitablemente, como no podía de ser de otra manera, todo el fútbol español enorgullece con ella. Nuestra ’11’ sigue escribiendo y agrandando su propia historia. Y en cierta manera, también la nuestra.
La jugadora de Mollet del Vallés volvió a hacer historia. Ganó el lunes balón de oro convirtiéndose en la única mujer en sumar más de uno en su palmarés . Y lo hizo de manera consecutiva. Sin despeinarse. Sin haber podido jugar la Eurocopa. Y encontrando las palabras precisas para bajarla del olimpo y considerarla humana.
Alexia fue la primera mujer en marcar en el Johan Cruyff y también en el Camp Nou. La historia del Barça no podría escribirse sin ella. El crecimiento de nuestro fútbol femenino, del Barça y de ella, van de la mano. Es imposible comprenderlos por separado. «Cuando me rompí la rodilla pensé que no podría estar aquí», afirmó Alexia en su discurso. Perderse dos meses de competición no iba a dejar a la jugadora más decisiva de Europa sin su premio, aunque ella sí lo pensase. Los 34 goles y las 23 asistencias que brindó en 43 partidos están al alcance de muy pocas. De casi nadie más que de la mejor jugadora del mundo.
«Echo mucho de menos volver a sentirme futbolista», espetó entre lágrimas en la gala de la capital francesa. Es la referente de toda una generación. Y de alguna manera, todos nos emocionamos con ella. Su historia de superación hace fácil que nos identifiquemos con ella. Y volverá más fuerte. Hasta entonces, en el Johan seguirán contando los días para su regreso y coreando su nombre mientras ella observa tímidamente desde el palco. Deseando con poder hacerlo pronto con Alexia en el césped. El fútbol pierde un poco sin la ’11’. Y el Barça tendrá que aprender a convivir en su primera Champions sin su eterna capitana.