Se cumple un año de la llegada del entrenador al club culé
(Artículo escrito por @luissrodriiguez)
Este domingo 6 de noviembre se cumple en Can Barça un año desde la llegada de Xavi Hernández al FC Barcelona. Una llegada esperanzadora, que venía para dar aire fresco al club tras la aberrante racha de partidos y resultados negativos que el equipo encadenaba con Ronald Koeman. La expedición culé fue a buscarlo a Doha, y la leyenda blaugrana accedió a ocupar, por fin, el puesto de técnico del club que le dio todo como futbolista.
A pesar de las diferentes versiones que el Al Saad, club en el que entrenaba Xavi, y el FC Barcelona, el entrenador ya viajaba a Barcelona junto a Rafa Yuste y Mateu Alemany, encargados de realizar el trabajo. El lunes 8 de noviembre, Xavi fue presentado junto a Joan Laporta en un Camp Nou que vitoreaba su nombre y veía cómo por fin el predestinado entrenador del conjunto culé llegaba al banquillo del club.
Los comienzos para Hernández estuvieron condicionados por la eliminación del equipo de fase de grupos de la UEFA Champions League tras el empate frente al Benfica y el partido frente al Bayern Múnich, que lo arrastraba a una competición atípica y que se tomaba como chiste en el club. A pesar de ello, y como era normal, el entrenador tenía toda la confianza de Joan Laporta y la junta directiva.
En liga se comienzan a cosechar importantes victorias que llevan al equipo desde la octava posición en la que militaba a competir por el segundo puesto con el Atlético de Madrid y el Sevilla FC, quienes más tarde se descolgarían de la lucha. A ello se le sumaban la incorporaciones en enero de jugadores como Ferrán Torres, petición expresa del técnico, y Pierre-Emerick Aubameyang, entre otros.
Terminó la temporada en segundo puesto haciendo espectaculares actuaciones y acumulando, hasta la racha final de bajón de temporada, una dinámica aplastante, llegando a ganar en Europa League por goleada y a cosechar triunfos en liga de alto calibre como las victorias frente al Real Madrid en el Bernabéu (0-4), y frente a Atlético de Madrid (4-2) y Athletic Club en casa (4-0).
Comenzaba el verano en el club blaugrana y todo parecía ser esperanzador: el equipo terminó LaLiga con serias papeletas de competir la siguiente, y las famosas ‘palancas’ traían a jugadorazos como Lewandowski, Koundé o Raphinha, que reforzaban lo ya construido y permitirían a Xavi formar una plantilla a la altura del Barça de los últimos años.
El comienzo de la temporada 2022/23 en liga ha sido espectacular, pero se ve opacado, y con razón, por la fatídica eliminación del equipo en fase de grupos de Champions. Ya no había excusa. Con Xavi al frente del equipo en toda la fase previa, el equipo cae eliminado de nuevo a la segunda competición europea acusado y condicionado por las numerosas bajas en el parón de selecciones, que hicieron que Koundé, Araújo, De Jong o Depay no estuvieran disponibles en el equipo catalán.
Ahora Xavi tiene el reto de seguir con la buena dinámica en Liga y de ganar una competición que no entraba siquiera en los planes más fatídicos de la directiva culé. El año 2023 será la prueba de fuego para el catalán y la oportunidad perfecta para demostrar que es el indicado de comandar el timón del FC Barcelona en esta nueva reestructuración a la que el conjunto blaugrana está sometido. Esperanzadores son los síntomas en LaLiga y se espera un gran papel de los culés en la competición doméstica, la cual se ha estado resistiendo en los últimos tiempos.