Borja | Tw: @AnkaraHansen
Con el crecimiento del primer equipo del Barça femení en los últimos años se ha elogiado numerosas razones del éxito del Barça. Si bien todos esos factores merecen su reconocimiento, probablemente otra de las razones, como es el fútbol base del femení, ha recibido menos atención del que debe. A día de hoy se nota por la presencia de algunas jugadoras del primer equipo que han pasado varios años por las categorías inferiores del club, como es el caso de jugadoras asentadas como Aitana Bonmatí o Claudia Pina. Aunque no será hasta dentro de unos años donde veremos en su total magnitud la influencia de las categorías inferiores, cuando las que vienen asomando la cabeza también se asienten en el primer equipo del Barça y la élite. En las siguientes líneas haremos un breve repaso de la temporada del Barça B en la 1ª Federación (segunda categoría del fútbol femenino) y analizaremos el talento que está por llegar.
El Barça B ha llegado al parón invernal en quinta posición con un saldo de siete victorias, dos empates y cuatro derrotas, a escasos tres puntos del líder. Tras superar una mala racha en los últimos dos meses encadenando varias derrotas casi seguidas, probablemente influenciado por las lesiones sufridas, el equipo ha recuperado la inercia inicial de temporada con dos victorias en las últimas dos jornadas. Si algo ha caracterizado al Barça B ha sido la capacidad de adaptarse. Desde principio de temporada ha sufrido varias lesiones, especialmente en la línea defensiva y ausencias motivadas por el Mundial sub-17 disputado en octubre, que ha obligado al equipo a adoptar distintas estructuras, sistemas o cambio de roles a sus jugadoras para compensarlo. Pero no la idea de juego, que es algo inherente al club y su identidad. Otro punto a desatacar es la juventud del grupo, más allá de la llegada de Vicky López tras cumplir 16 años, también la subida de cinco jugadoras del juvenil al B y varias de ellas ya siendo importantes.
En la portería, pese a haber rotado en algún partido, el mayor potencial se intuye en Txell Font, que es la teórica titular y ya ha venido sumando convocatorias y entrenamientos con el primer equipo. Destaca por su juego de pies tanto en la distribución como cuando la presión es alta para encontrar a la jugadora libre, incluso cuando el equipo rival presiona en casi marcas individuales, su rango amplio de pase permite encontrar al espacio y espalda de la última línea rival a una compañera al espacio, como ya hiciese en varias ocasiones contra el Espanyol en el derbi, incluso consiguiendo una asistencia. Su destreza bajo palos está al nivel de su juego de pies, destacando por su capacidad de reacción y su envergadura para achicar espacio y tapar la mayor portería posible, además de un buen juego aéreo.
En la línea defensiva, el Barça ha ido encadenando distintos tipos de lesiones que ha mermado el número de variantes en esas posiciones. A priori ya había un déficit de centrales en plantilla y las lesiones, tanto por la de larga duración de Adri Ranera como la de Esther Laborde (aunque solo fuese unas semanas), ha acentuado ese problema, teniendo que llegar a recurrir a Judit Pujols (lateral) como central zurda en los últimos partidos o incluso modificar la estructura para utilizar una primera línea de tres centrales de facto. También ha habido variación en roles, con Esther jugando principalmente como central, para luego pasar a jugar en el lateral diestro, incluso en el izquierdo por las repetidas bajadas. Martina también ha ido alternando la posición de lateral y central. Esa imposibilidad de dar con la tecla también se traslada al campo con algunos errores defensivos de pura falta de compenetración e incluso fallos en salida de balón que se tradujeron en goles encajados.
La variante de María Pérez como central, algo muy recurrente, ha dado algo más de estabilidad a la defensa, aunque sacarla de la posición de pivote la priva de mostrar su mejor versión. La misma inquietud despierta el no utilizar por defecto a Esther como lateral, pese a que como central también puede sacar a relucir sus brillantes conducciones y capacidad de pase para ayudar al equipo a progresar, es la posición de lateral donde se le puede optimizar haciendo que pise otras zonas, a una mayor altura y en definitiva permitirla estar más involucrada en la creación del juego. El Barça B no deja de ser una etapa de formación, por lo que incentivar ocupar distintas posiciones y conocer sus características es un plus de cara a las jugadoras y su formación, pero resta competitividad al equipo y son los roles opuestos donde se les intuye más proyección
En la medular la lesión de Alba Caño ha apartado a la capitana y minimizado la capacidad de rotar y utilizar distintos perfiles en esa línea, también Nina Pou que puede desempeñar el rol de interior pese a haber jugado también de extrema. Pese a ello, el dúo de Ari Mingueza y Júlia Bartel, ya sea formando un doble pivote cuando la estructura así lo demandaba o con Júlia más avanzada de interior o incluso de falsa extrema, sacando a relucir su lectura de juego y espacios, así como su excelente técnica, han mantenido la capacidad de progresar al equipo y generar ventajas tanto por dentro como por fuera encontrando a las extremas o punta en superioridad posicional. La utilización de Vicky López como interior, aunque cuando partía de banda acababa pisando zonas parecidas, ha sumado ese perfil de centrocampista que se podía echar en falta con la lesión de Alba Caño de acelerar jugada y más relacionada con el último pase o zona de finalización. Así, Vicky ha venido a confirmar con el filial todas esas expectativas que se tenían en ella, siendo diferencial.
Finalmente, en la línea de delanteras, ha habido un gran cambio en lo que concierne al extremo izquierdo y punta después de sendas bajas. Como extremas, cuando Vicky no ejerce como tal, están las opciones de Lucía Corrales más pegada a banda buscando atacar la profundidad, la cual es su principal rasgo gracias a su velocidad, incluso ha llegado a ejercer de lateral en un rol bastante parecido al de Rolfö en el primer equipo. Y también está la opción de Laia Martret, más relacionada con el regate, desborde y 1vs1, bastante más técnica y con capacidad de asociarse que su competencia en el extremo. Ari Arias y Ari Sánchez son las dos delanteras del equipo con dos perfiles bastante complementarios, la primera más relacionada con el apoyo, juego de espaldas o capacidad asociativa que la segunda, destacando más en la ruptura y agresividad al espacio. Pese a ello ninguna de las dos es la máxima convertidora, mérito que recae en Ona Baradad con seis tantos, dueña casi en exclusiva del extremo derecho y que tiene un rol muy parecido al que tiene su homóloga en el primer equipo, eso es, ofrecer amplitud en banda derecha, ser agresiva con rupturas al espacio, diferencial en el 1vs1 y que este año parece haber dado un salto en la faceta goleadora.
Pese a haberme dejado algunos nombres para no hacer excesivamente largo el texto, este es un poco el núcleo del Barça B femení y las jugadoras con mayor proyección de dar el salto al primer equipo en los próximos años o ser de utilidad en caso de así necesitarlo en el corto plazo. Dentro de las apuestas del club destaca Vicky López, pero los nombres de Júlia Bartel, Txell Font o Esther Laborde también son serias candidatas a poder ser nombres importantes en el primer equipo del Barça femení, por potencial y por reunir muchas de las características que se necesitarán en sus posiciones en el primer equipo llegado el momento. Y en el retrovisor, pese a haber ya jugado algún minuto con el B, está el nombre de Celia Segura, batiendo todos los récords de goles en categoría inferiores y a la que parece que el juvenil se le queda pequeño, llama a la puerta del B de cara a la temporada que viene, recuerden su nombre. En definitiva, the kids are alright.