El canario ha tenido que asumir un peso importante para lograr que el colectivo se organice tras sus intervenciones y posicionamiento
Artículo de Noriel Miguel (@norival1805)
Marcelo Bielsa decía que la creatividad y el orden son fenómenos antagónicos. Este viene siendo una de las grandes interrogantes que se plantean los entrenadores a día de hoy: cómo compenetrar ambos procesos y encontrar la inspiración dentro de una organización colectiva. La automatización del juego llega a día de hoy hasta puntos insospechados hace unos años, por lo que encontrar buena sinergia colectiva teniendo jugadores que se salen del guion es un reto. Al final, con el afán de controlar lo que sucede el máximo posible, los estrategas suelen priorizar piezas que sigan un molde. Sin embargo, el fútbol es un deporte de naturaleza dinámica y caótica, no es controlable al 100%. Por ende, es necesario encontrar un equilibrio entre la búsqueda de la perfección y el saber moverte dentro de la imperfección.
En el FC Barcelona, quizás motivado por unas exigencias relacionadas con una manera de entender el juego, Xavi Hernández ha optado por la automatización de la estructura colectiva. Encontrar orden y organización ha costado mucho en Can Barca. Ni desde la pizarra ni desde lo individual, ni con balón ni sin él, el equipo ha llegado a ser un colectivo que se le puede catalogar como organizado. Con tantos problemas evidentes en este sentido, Pedri González ha tenido que asumir un peso importante para, desde su absurda comprensión del juego para un chico de su edad, lograr que el colectivo se organice tras sus intervenciones y posicionamiento.
Asumir esta responsabilidad le ha dado al equipo una utilidad vital, pero aleja al canario de la zona donde más daño puede hacer, donde más le duele a los rivales y dónde él más brilla: entre líneas. Jugar más cerca de la base, retroceder unos metros y ordenar al grupo desde ahí, le obliga a no tomar riesgos. El veinteañero es una máquina de tomar buenas decisiones, de dar sentido a cada uno de sus pases, pero cuidar demasiado la pérdida nos aleja de presenciar de manera continuada su enorme habilidad pasadora y su visión para ejecutar servicios que están al alcance de muy poquitos.
El veinteañero es una máquina de tomar buenas decisiones, de dar sentido a cada uno de sus pases, pero cuidar demasiado la pérdida nos aleja de presenciar de manera continuada su enorme habilidad pasadora
El Barca con Frenkie De Jong parece que está empezando a encontrar ese organizador en campo propio que le restaría importancia a Pedri en esos primeros pases y le instalaría unos metros más arriba, entre líneas, allí donde su técnica para el control, el giro y la agilidad mental para soltar el balón es diferencial. El neerlandés tiene la movilidad y el rango de acción al que Busquets no es capaz de llegar. Los últimos partidos hemos visto al joven español siendo más influyente cerca de la portería enemiga, conducciones, giros, atracciones que permiten que su equipo sea más dañino y, a su vez, que sus compañeros disfruten de un mejor contexto cuando el balón les llegue; eso sin dejar atrás ese don innato de ordenar las posesiones desde sus intervenciones, solo que ahora es una organización que nace en campo rival.
La disyuntiva para Xavi es evidente, porque Pedri es buenísimo en varias alturas y roles, pero en un conjunto que ha crecido de creatividad en los metros finales, tener al canario más cerca de esa zona dañina es un plus tremendo. Pero por supuesto, no es sólo posicionamiento, también es encontrar las mejores relaciones y sociedades para que el balón le llegue al canario en el mejor contexto posible dentro de ese posicionamiento. No es sencillo, pero al menos ya se ha dado un primer paso en cuanto a una coherente asignación de roles y funciones dentro de su mediocampo.
Pedri es la figura clave que viene luchando por demostrarle a Bielsa que creatividad y orden pueden compaginar dentro de un mismo ser, pero para ello necesita la ayuda del resto y de la pizarra. Lo cierto es que allá dónde juegue, sigue y seguirá siendo un jugador excepcional, alguien que combina jugar bien, bonito y, si no le atan, también es capaz de divertirnos en cada una de sus acciones.
ESTADI JOHAN 