El FC Barcelona ha hecho oficial la renovación de Marcos Alonso por una temporada con una cláusula de rescisión de 50 millones de euros. Llegado este verano con un año de contrato procedente del Chelsea FC parece haber convencido tanto a staff técnico como a la junta directiva dado su rendimiento como lateral zurdo, opción en el puesto de central si fuera necesario y la aceptación de un rol secundario tras la irrupción de Alejandro Balde y la situación de Jordi Alba.
Me cuesta imaginar que la próxima temporada se pueda prescindir de Jordi Alba, pero sería muy provechoso en cuanto al contexto económico actual (uno de los salarios más elevados en nómina) y tampoco se resentiría el plantel en lo deportivo. Aún siendo un escenario complicado, la continuidad de Marcos Alonso no me encaja como lateral zurdo suplente. Si llegado el caso, Jordi Alba decidiera poner fin a su etapa blaugrana en una posible cesión (se le relacionaba con escuadras del Calcio como Inter FC o SSC Napoli) se abriría un escenario dónde habría que arropar a Balde para que su maduración sea lo más tranquila posible.
En el mercado se dan dos casos apetecibles que finalizan contrato. Alejandro Grimaldo podría tener el inconveniente de frenar la progresión del canterano al contar con 27 primaveras y tener unas pretensiones que podría no cumplir el Barça (pide 10 millones de bonificación al SL Benfica para renovar y 3 limpios por curso), pero sería un nombre a tener en cuenta al conocer la casa y ofrecer buenas prestaciones en el conjunto lisboeta. Por otro lado, aparece Raphäel Guerreiro que cuenta con 29 años y sí que podría dar ese tiempo a Balde a asentarse en la élite, recordemos que tan solo tiene 19 años. El luso nacido en Francia, ha competido en Bundesliga y UEFA Champions League pudiendo ser una opción de plenas garantías.
Si la renovación va más encaminada en reforzar el centro de la zaga dada la utilización de Ronald Araujo y sobre todo, de Jules Koundé, en el lateral diestro, también se pueden encontrar opciones a coste cero en el mercado que mejoren sus prestaciones. Se hablaba de un Íñigo Martínez que no está por la labor de renovar con el Athletic Club, siendo un hombre contrastado y de rendimiento inmediato. Otra posibilidad no tan «segura» sería la de Evan N’Dicka, verdugo de la pasada Europa League con el Eintracht Frankfurt, más exuberante, pero con más carencias asociativas que de no adaptarse o desbancar a los centrales titulares, podría dejar un rédito económico al tener 23 años y ser un perfil bastante apetecible en clave Premier League.

Es cierto que las trabas en cuanto a limitaciones en relación con el Fair Play Financiero son cada vez mayores y posiblemente los esfuerzos de la entidad vayan para reforzar demarcaciones con carencias más definidas. Se opta por su renovación para aplacar de forma decente posibles contratiempos en el lateral zurdo y una catástrofe en el puesto de central. No era necesario, se podía mejorar en el mercado aún con la situación límite que se vive, pero se puede entender la decisión de darle continuidad y reforzar puntos débiles más evidentes.