Artículo escrito por Javier Ferrús.
El éxito del Barça de los cuatro centrocampistas que Xavi alineó en la final de la Supercopa de España contra el Real Madrid y en Copa del Rey contra la Real Sociedad, los dos perseguidores directos en liga, nos lleva a plantearnos si realmente el club tiene plantilla para jugar así o si una lesión lo puede cambiar todo.
Esta entradilla fue redactada un día antes del derbi que disputó el Barça en Montilivi, donde las circunstancias obligaron a Xavi a modificar el sistema inicial e introducir a un cuarto centrocampista. Ese motivo por el cual Xavi abandonó el 4-3-3 fue la lesión de Ousmane Dembélé a los 25 minutos de partido, el jugador que permitía acelerar el ataque por banda derecha una vez que el juego de este Barça había hundido a la defensa rival en el sector opuesto. Esta baja, sumada a las sanciones de Lewandowski y Ferran Torres, fue la causa del cambio de sistema al utilizado tres días antes en Copa del Rey, pero no dio el mismo resultado con Raphinha y Ansu Fati sobre el campo.
Tener al extremo derecho abierto y que este pueda generar situaciones de peligro constantes parece imprescindible para que el Barça de los cuatro centrocampistas pueda funcionar. Dembélé ha demostrado ser capaz de ello, pero las dudas que pueden generar Raphinha y Ferran Torres en ese rol nos pueden hacer pensar que entre el amplio abanico de opciones ofensivas no hay un recambio para el francés.
Pero Ousmane no es el único jugador imprescindible para practicar este sistema. De hecho, dentro del once inicial cuesta encontrar jugadores remplazables, sobre todo desde el centro del campo en adelante. Sergio Busquets y Frenkie de Jong se retroalimentan el uno al otro para poder ofrecer sus mejores versiones. El legendario mediocentro español ha disipado las dudas sobre su nivel actual jugando con el neerlandés al lado, ya que este le permite abarcar menos terreno y le protege en las transiciones defensivas para no dejarle solo ante el peligro. El problema surge cuando miras hacia el banquillo y ves que ninguno de los dos tiene un sustituto que pueda desempeñar sus roles. Las alternativas para el centro del campo son Kessié y Pablo Torre.
El primero de ellos parece ser el que menos encaje tiene el once inicial debido a sus características y al rendimiento ofrecido en esta primera media temporada. Además, si se le situase en la base de la jugada, el Barça perdería verticalidad y tampoco podría aprovechar con tanta frecuencia su llegada desde segunda línea al área rival. El segundo, Pablo Torre, es una incógnita debido al nulo protagonismo que ha tenido en liga, pero por perfil de jugador si que parece más adaptable a este sistema que el costamarfileño. Eso sí, claramente sería para jugar en el rol de Pedri o de Gavi. La habilidad que tienen los interiores para jugar entre líneas y lograr romper las presiones rivales permite hundir a la defensa rival. Es imprescindible que esto ocurra y los destellos que ha dejado Torre encajan con esas características demandadas, pero tras el tranquilo mercado de fichajes invernal parece una solución escasa, al menos con lo poco que cuenta Xavi con él actualmente.
Los cuatro centrocampistas le han dado a Xavi dos de sus victorias más importantes de la temporada, pero con la actual plantilla parece inviable establecer este sistema en vez de utilizarlo en momentos muy puntuales. De hecho, como ha quedado claro, una única baja puede impedir su utilización en el momento más necesario, por lo que quizá la dirección deportiva debería preguntarse si es más prioritario fichar continuamente perfiles diferentes a lo que ya hay en plantilla o remplazos de características similares.