Raphinha evita que la ansiedad vaya a más

El FC Barcelona y el Manchester United firman las tablas en el Camp Nou en un partido donde los culés no mostraron la misma solidez en comparación a LaLiga

Crónica de Joan Cebrián (@Motijoan)

El FC Barcelona ha vuelto a reflejar que su relación con las competiciones europeas sigue estando en crisis. Demostró que el fútbol puede llegar a ser un estado mental, porque el grupo extremadamente sólido que emergió en LaLiga, desapareció ante el Manchester United. Los blaugranas no murieron, pero recordaron que era sufrir contra un rival de mayor calibre. Daba igual que el nombre de la competición fuera UEFA Europa League y no Champions League. Los culés, todavía en proceso de crecimiento, siguen enfrentándose a sus miedos en el Viejo Continente. Pero a diferencia de otros clubes o personas, necesitan más intentos para superarlo. Gracias a un gol de Raphinha el Barça ha acabado el partido con un 2-2 para no empeorar su moral.

Xavi Hernández sorprendió tanto a toda la afición barcelonista como al Manchester United con su planteamiento. A lo largo de las últimas semanas de liga, el ‘Barça de los cuatro mediocentros’ se había caracterizado por lo que el apodo refleja y por una gran solidez a nivel defensivo. En el último aspecto, Andreas Christensen y Alejandro Balde formaban parte de la ecuación. Sin embargo, el egarense decidió prescindir de ellos ante los británicos. Marcos Alonso y Jordi Alba fueron los elegidos para formar una línea defensiva en la que Ronald Araújo y Jules Koundé intercambiaron roles. El uruguayo quedó relegado a la banda, mientras el francés pudo disponer de minutos en la posición que tanto le gusta.

El enfrentamiento arrancó por tramos. Primero fue el Manchester United el que apretó el Barcelona, posteriormente fueron los culés los que hicieron lo pertinente con los red devils. Como si se tratara de un partido entre Andre Agassi y Pete Sampras. La primera tenía un guion marcado, con los sets favorables a cada lado bien indicados, pero los británicos fueron capaces de generar más nervios entre los blaugranas. El Barça se encontraba mucho más cómodo presionando en el lado contrario y en el suyo sufría. Temblaba en todas aquellas situaciones que ya había olvidado en LaLiga. De ahí que Marc-André Ter Stegen se viera obligado a intervenir ante Wout Weghorst y Casemiro.

Sin embargo, el arma de doble filo que suponía el protagonismo del portero alemán no fue la peor noticia de la noche para el Barcelona. Pedri González tuvo que poner punto y final a su partido antes de que finalizara la primera parte. El ‘Barça de los cuatro mediocentros’ se quedaba sin uno de sus argumentos principales. Sin una de las personas que le dotaban la tan ansiada identidad que había buscado y encontrado el equipo. Si los blaugranas ya cometían fallos antes de la lesión del canario, después de su cambio se pusieron más nerviosos. En cada toque de balón se podía percibir que, de todos los escenarios posibles, ese era el menos deseado en la Ciudad Condal.

En cuestión de minutos las acciones del juego le dieron y le quitaron la razón a Xavi Hernández. Marcos Alonso abrió la lata con un gol en el 50′, que evidentemente fue un homenaje a su padre. No tanto por la dedicatoria señalando al cielo, sino por cómo metió el balón en la portería. De cabeza y de segundo palo, como sucedió en la Copa del Rey de 1983. Pero Marcus Rashford recordó al Camp Nou cuál era la sensación de nerviosismo y de impotencia dentro de un partido. El británico respondió a su gran estado de forma y en dos minutos le dio al United el empate. Tanto David De Gea como Ter Stegen pecaron del mismo error: no cubrir correctamente el primer palo. El primero por falta de visión, el segundo por exceso de confianza.

Cuando un jugador como Rashford interviene en el juego con tanta calidad, la cantidad pasa a un segundo plano. El segundo gol llegó gracias a que el inglés desbordó a Raphinha tras un córner. Jugó como quiso con el brasileño para centrar posteriormente el balón. Tras el rechace, la pelota fue a parar a Koundé, quien apareció en la foto del gol en propia. Para el francés lo peor no fue quedar inmortalizado, más bien no estar acertado ni en salida de balón ni en la contundencia en defensa. Posteriormente volvió al lateral derecho, algo que amortiguó un poco su partido.

El Barça dio un paso adelante gracias a que Raphinha evitó que el Camp Nou implosionara viendo a los blaugranas en competiciones europeas. El brasileño metió el gol decisivo del empate gracias a un centro que tenía toda la picardía que se puede encontrar en la calle. Eso animó al Barcelona, hasta el punto de que Christensen y Ansu Fati obligaron a intervenir a De Gea en los minutos finales del enfrentamiento. El cancerbero español, señalado en el primer gol, evitó que el United tuviera mala fortuna en la ruleta rusa en la que se había convertido el partido. La ida y vuelta genera nerviosismo en la Ciudad Condal. Los culés, recordaron que era tener el pulso acelerado. Y su extremo brasileño, el activo más valioso en ataque durante el partido, paró esa ansiedad. Puso la mano para que la última gota no colmara el vaso.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s