El Barça no baja la guardia

El Barcelona supera al Cádiz por 2-0 en el Camp Nou después de una semana marcada por el empate contra el Manchester United

Crónica de Joan Cebrián (@Motijoan)

Para el FC Barcelona, empatar con el Manchester United había supuesto recibir un upper. Volver a LaLiga era una oportunidad para recuperar sensaciones perdidas en el ring. Por mucho que la constitución del ring fuera el mismo, estar bajo la sombra de ‘competición europea’ dejaba mentalmente fuera a los blaugranas. Con el mens sana in corpore sano relativamente desaparecido, los culés tenían ante el Cádiz CF un duelo que no podían pasar por alto. Podían pensar que eran superiores a su rival, que pelea por la permanencia. Sin embargo, los gaditanos les dieron un crochet en toda regla. Con un 0-1 les robaron la mayoría de posibilidades por el título. El Barça tenía delante una noche para golpear con más calidad, para no permitir al rival apoyarse en las cuerdas, y así lo ha demostrado con un 2-0 resuelto en la primera parte.

Leyendo la alineación y la convocatoria antes de un partido, Xavi Hernández hacía creer que volvía al tradicional 4-3-3. Que la noche en el Camp Nou contra el Cádiz sería una jornada de café para cafeteros del esquema. Sin embargo, el técnico blaugrana lo único que hizo fue engañar a primera vista. Porque en lugar de volver a aquello que no le funcionaba tan bien como le gustaría, mantuvo el sistema que le había conllevado el apodo de ‘Barça de los cuatro mediocentros’. Con la baja de Pedri González, Ansu Fati fue el elegido para colocarse por dentro. Con Sergi Roberto, acercado a la base de la jugada para que no se vieran sus costuras como interior, el Barcelona mantuvo intactas sus ideas.

Precisamente gracias a tener las ideas claras el Barça pudo imponerse ante el Cádiz. Que Xavi eligiera a Andreas Christensen -ahora en el costado derecho- y Eric García como pareja de centrales no fue fruto de la casualidad. El danés destacó tanto con las vigilancias como con el balón y el catalán brilló mucho más en el segundo aspecto. Los gaditanos plantaron un buen bloque bajo, defendiendo con consistencia durante la mayoría de la primera parte. Sin embargo, tener delante a dos centrales que eran capaces de atraer rivales -véase a través de la conducción o del pase- era una punzada constante. Daba igual si se trataba de desproteger el espacio o dar tiempo para pensar la decisión correcta. Cualquier situación era desfavorable para el Submarino Amarillo.

El mérito ofensivo llegó principalmente gracias a Ferran Torres. El delantero, colocado como extremo derecho, sabía que tenía ante sus narices la oportunidad para reivindicarse. Distribuido en la posición con la que empezó a brillar en Valencia, Ferran no se lo pensó dos veces. Que al menos el corazón y la voluntad llegaran donde el cuerpo o las piernas no podían. Pero para su suerte, estuvo en todo momento acertado. Gracias a su desfachatez el Barcelona abrió la lata. Regateó la defensa gaditana como si estuviera en el patio del colegio. Hecho el homenaje a aquellas épocas siempre consideradas mejores, centró. Robert Lewandowski fue el que remató, pero después de que el Cádiz la salvara bajo palos, Sergi Roberto aprovechó el rechace para poner el 1-0.

El turno del polaco llegó posteriormente. Durante la mayoría de la primera parte a Lewandowski le tocó bailar con Fali. Al delantero se le notaba irritado, no ocultaba la cara de desgaste por tener encima a alguien que no deseaba. Evidentemente, lo del central no era ninguna consecuencia, era completamente intencional. El entrenador del Cádiz, Sergio González, sabía que parte de las posibilidades para puntuar en el Camp Nou estaban en no liberar al exjugador del Bayern. Pero al borde del final de la media parte, Lewan se escabulló. Alejándose del área encontró a ese amigo que siempre actúa como salvavidas en situaciones incómodas. Y allí, desde la comodidad, cruzó el balón para superar a Jeremías Ledesma. El Camp Nou lamentó que Ansu Fati no se sumara a la fiesta. El considerado ‘Elegido’ volvió a dejar malos presagios, con mente y cuerpo funcionando a dos marchas menos en comparación al resto del equipo.

Dos jugadas canceladas permitieron al Barça seguir presumiendo de su imbatibilidad en LaLiga. El primero, por un fuera de juego provocado por Eric García que Roger colocó en el fondo de la red. El segundo, por una falta provocada a Marc-André Ter Stegen que también acabó en gol anulado. Una vez más, el Barcelona se topó con una doble vara de medir al otra vez a su portero brillar. Porque, desde fuera del ring, el alemán vuelve a transmitir una seguridad innata por sus venas. Sin embargo, dentro de él crea genera impotencia, ya que refleja la imposibilidad de controlar al completo cualquier combate. Como si incluso el boxeador más dócil pudiera dar un susto con un gancho inesperado. El partido finalizó así, con más trabajo para Ter Stegen y unos blaugranas con la guardia en alto. Colocándose de tal manera para que los guantes le protegieran sin perder la observación de lo que ocurre a su alrededor.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s