La visita al Estadio de los Juegos Mediterráneos se salda con una derrota por 1-0 para el FC Barcelona en un momento delicado para el club
Crónica de Joan Cebrián
El ‘querer pero no poder’ del FC Barcelona durante esta semana no se ha limitado a su visita en Old Trafford. Los blaugranas llegaban al Estadio de los Juegos Mediterráneos para realizar un partido tramposo por todo lo que lo rodeaba. Horas atrás el Real Madrid había cedido de nuevo su distancia respecto al liderazgo y el Almería FC nunca había conocido la victoria contra el conjunto de la Ciudad Condal. A priori el Barça llegaba con todo de cada pero acabó con toda moneda enseñando la cruz. Los almerienses han roto su techo particular con un 1-0 que supone un golpe bajo para los culés por el momento en el que se produce.
La única gran diferencia con la que se encontraba el FC Barcelona en comparación al «Teatro de los Sueños» es que en esta ocasión volvía a contar con la presencia de Gavi. Sin embargo, los blaugranas no han podido saborear esa titularidad ni por el resultado ni por el transcurso del partido. El canterano volverá a ser baja la próxima jornada de LaLiga por acumulación de tarjetas amarillas, algo que también le sucede a Raphinha, que llegó al césped tras el descanso. Xavi Hernández quiso dar más minutos a su once titular, al fin y al cabo, el Barça era el favorito contra el Almería. Pero el egarense no cedió en su tecla particular y se topó ante una esterilidad sorpresa.
Que el Barcelona no chutara ninguna vez en los primeros 45 minutos demostró que algo no funcionaba en el equipo. El Barça se tuvo que resignar a intentar generar ocasiones sin éxitos, copado por su lentitud con el balón. En ataque los blaugranas eran un artista intentando pintar un lienzo en blanco con el brazo tambaleante. En definitiva, corroboraba que no siempre la intención es lo que cuenta. La inefectividad en los tres cuartos de campo daba la razón a Manel en aquello de que «tan bueno es insistir como saberse retirar».
El Barça de Xavi pecó de cabezón para buscar las ocasiones a través de los ‘cuatro mediocentros’. La lentitud permitía al Almería, muy ordenado en bloque bajo, reajustarse cada vez que el balón tenía que volver a los mediocentros o centrales porque no había ningún tipo de hueco. Para la sorpresa de los blaugranas, los centrales tuvieron un protagonismo esperado. Andreas Christensen demostró que era un ‘día raro’ al cometer un error y Eric García volvió a lamentar la ausencia de unas características físicas que siempre suman en un central. El Bilal Touré sabía que el Almería tendría pocas ocasiones pero que serían de calidad, así que no desaprovechó la que tuvo en el 20′. Descargó la pelota, se desmarcó automáticamente y fusiló la portería de Marc-André Ter Stegen .
El técnico egarense reconoció que el Barça no llegaba a ningún lado queriendo generar ocasiones desde la zona central sin amplitud. Con la entrada de Raphinha, los blaugranas empezaron a crear más remates, cuya cantidad no eran sinónimo de calidad. Marcos Alonso tardó un minuto en tener impacto a favor de los culés, pero no con el guion que la afición deseaba, ya que evitó el segundo gol del Almería. El Barcelona se encontraba en blanco, sin capacidad de improvisación delante de un escenario lleno de espectadores. Sólo se le ocurría centrar mucho a costa de hacerlo mal. El equipo era un escritor frustrado porque todavía no había salido del primer párrafo.
Sobre el césped la falta de Pedri González tenía un efecto innegable. Sin embargo, la lesión del canario no tenía correlación con la falta de presión de los blaugranas como equipo. Tampoco con la ausencia de desequilibrio o de creatividad. Ni siquiera con la falta de valentía para intentar jugar con tres jugadores en la delantera, es decir, con el clásico 4-3-3 con dos extremos. Mucho más inexplicable tras el efecto inmediato de Pablo Torre y Ángel Alarcón en el verde. El Barcelona llegó al Estadio de los Juegos Mediterráneos con la esperanza de olvidar los anteriores golpes y se marchó con la herida todavía más abierta. Con la impotencia de no saber colocare la venda correctamente. Con la urgencia de olvidarse de la última semana de febrero ante la llegada de unas semifinales de la Copa del Rey contra el eterno rival.