La temporada se ha acabado pese aun no haberse cerrado el telón. El aficionado al Barça está ya más pendiente de qué va a ocurrir el próximo verano, de si se jugará en Montjuic o Camp Nou, si habrá palancas o palancazos, pero sobre todo de reflexionar sobre el porqué tampoco este año estamos preparados para decir aquello de “hemos vuelto”.
Partamos de la base que para servidor toda atención está dirigida a poder volver a ver a Lionel vestido de azulgrana despidiéndose como debería haber sido de la parroquia culé, siendo venerado, querido y alabado en cada partido que disputara. Correspondiendo agradecidos por tanto que nos dió. Sin embargo, más allá de deseos personales, debemos reparar un poco en el análisis más frío y detallado que podamos sobre las cosas que no han terminado de salir.
El análisis macro parece evidente: buenos resultados en liga, gran nivel defensivo (en liga), excelentes resultados ante rivales de primer nivel (en liga), pero en Europa la misma historia de siempre, nada de lo que fue positivo en competición española ha sido equivalente en Champions ( o nuestra conocida Europa League), – “No hemos estado al nivel” dijo Xavi -, el juego no ha estado ni cerca de ser el esperado por todos…En definitiva, que a nivel global se ha avanzado, se han conseguido títulos, y se han descubierto nuevas piezas que están determinadas a ser la cara visible del Barça en el próximo lustro.
Pero el análisis también ha de hacerse en lo micro, esas cosas más pequeñitas que todo buen aficionado al equipo de Gamper siempre tiene en el punto de mira. Una de ellas, sin duda, es el trato a la cantera. Es precisamente aquí donde más sorprende ver el desdén o desatención de parte del eterno 6 culé. Todos esperaríamos de Xavi tener más cintura para darle la oportunidad a los jóvenes talentos de la Masía – como la cintura que tiene para defender en bloque bajo o poner un doble lateral (o pivote) – , pero sin embargo nos ha dejado a deber en cuanto a las pocas ocasiones en que hemos podido ver a Ángel Alarcón, Estanis, Chadi Riad o el fichaje Pablo Torre.
Lo cierto es que Xavi tiene fácil excusa respecto a este tema, la plantilla del primer equipo ya cuenta con muchos jugadores en sus años más jóvenes, inexpertos y, por tanto, ante la necesidad de sumar puntos, ganar partidos y títulos, se puede comprender su intención de dar minutos antes a Sergi Roberto o Marcos Alonso en intención de aportar esa parte de poso competitivo que se ha de esperar de ellos.
Sin embargo, a tenor de algunos rendimientos pobres, especialmente en el nivel demostrado por las piezas del ataque, así como bajas sufridas en el último tercio de competición, bajas sensibles en medio y parte ofensiva, teniendo además la posibilidad de cinco cambios, sorprende que no se haya intentado hacer hincapié en la posibilidad de recurrir a apariciones del B. Precisamente, el club está deseando recibir noticias positivas de cuantos más jugadores mejor.
Los “unocerismos” del equipo tampoco han sido propicios para abrir la puerta en este sentido, por lo que quizá en los restantes partidos, podamos ver una actitiud más proactiva al respecto. Intentar instaurar la meritocracia en aquellos que lo merezcan, pero a la vez abrir la veda a que el aficionado pueda disfrutar de ver jóvenes imberbes atreverse, generar algo más que los del primer equipo en muchas ocasiones no son capaces de dar, y que por otra parte Xavi siempre demanda en sus ruedas de prensa.
Probablemente, en tiempos de épocas flacas en las arcas del Club, se vea obligado a mirar abajo más a menudo de lo que querría, así que quizá deba ir empezando para ir ganando terreno. No necesariamente tiene que darle paso al próximo Pedro, Busquets o Thiago, como haría Pep, también se necesitan de Tellos, Cuencas o Carles Pérez.
Pero lo que más se necesita es aire fresco.
En definitiva, “cositas tan pequeñas, pero que a mí me saben tan grande”.
Jose C. Rodríguez, A.k.a Carahaslem (@Jose_Rodriz), para el mundo.