Frenkie de jong: la calma tras una larga tormenta

A Alfred Hitchcock le gustaba que todo lo que le rodeaba fuese claro como el cristal y que estuviese completamente en calma, por lo que se intuye que no sería feliz con los últimos años que se han vivido en Barcelona. El que tampoco estará cómodo con lo acontecido en este último lustro es Frenkie de Jong, pero parece que él sí que ha encontrado la tranquilidad.

El centrocampista neerlandés irrumpió en nuestras vidas liderando a aquel Ajax de Erik ten Hag hacia las semifinales de la Champions League 18/19 y esta gesta le llevó a ser deseado por los clubes más poderosos del mundo. El Manchester City y el Paris Saint Germain parecían partir con ventaja, pero el FC Barcelona logró anticiparse a ellos y oficializó la contratación de Frenkie el 23 de enero de 2019.

Los aficionados del Barça esperaban ver desde el principio a ese centrocampista que había maravillado al mundo con sus conducciones para romper líneas rivales, su visión de juego y su brillante toma de decisiones. Con estas cualidades todo parecía indicar que Frenkie sería el interior del Barcelona para la próxima década, sobre todo si recordamos que en aquella plantilla las principales alternativas eran Arturo Vidal, Arthur Melo y Rakitic. Pero la realidad es que las expectativas puestas en una rápida adaptación del neerlandés debido al ADN Barça del Ajax -nada más lejos de la realidad- no se cumplieron. 

Hace ya casi cuatro años que Frenkie de Jong aterrizó en la ciudad condal y en este espacio de tiempo ha tenido cuatro entrenadores diferentes, sin tener en cuenta a los interinos. Llegó con Ernesto Valverde, que no supo potenciar a de Jong al no darle la libertad ni la posibilidad de iniciar conducciones desde atrás con las que había brillado en Amsterdan. Luego llegó la breve y convulsa etapa de Quique Setién, cuyo juego posicional tampoco le vino bien, y le relevó Ronald Koeman, que ya conocía al centrocampista de su etapa como seleccionador neerlandés.

Con ningún entrenador ha estado tanto tiempo Frenkie desde que fichó por el Barça que con su compatriota, aunque todo parece indicar que Xavi lo superará. La etapa de Ronald Koeman también fue complicada y de Jong tuvo que jugar de central en línea de tres, de mediocentro y de interior. En esta última posición, en un 4-3-3 en el que cada uno de los centrocampistas se situaba a una altura diferente, fue donde el ex futbolista del Ajax se sintió más cómodo. Sergio Busquets ejercía un rol más posicional y era el máximo responsable de la salida de balón y de Jong jugaba por delante suyo con una mayor libertad para demostrar su poderío físico con largas conducciones. También destacó por sus llegadas desde segunda línea, con las que logró 7 goles y 7 asistencias, que siguen siendo sus mejores registros tanto goleadores como de asistencias en una única temporada como culé.

Su siguiente temporada fue la más compleja tanto para él como para el club. La marcha de Messi y todo lo que conlleva dentro y fuera del campo, la irrupción de Gavi y el asentamiento de Pedri, la eliminación en fase de grupos de la Champions y posteriormente en Europa League y el cambio de entrenador.

Ese cambio en el banquillo a mitad de temporada supuso el retorno de Xavi a Barcelona y, por lo tanto, la necesidad del técnico catalán de adaptarse a su plantilla y viceversa. De Jong mantuvo un rendimiento de notable, principalmente en liga, aunque su impacto numérico se vio reducido debido a que en el primer Barça de Xavi no pisaba área con tanta frecuencia. Seguía abarcando mucho campo y contaba con la libertad para conducir, pero en muchas ocasiones partía desde la base de la jugada y ejercía un rol más complementario de Sergio Busquets. Continuaba la búsqueda del mejor rol para el neerlandés.

Entonces llegó el verano y Frenkie de Jong se convirtió en protagonista. Hasta aquel momento había sido considerado imprescindible para el proyecto del club de los diez próximos años y, además, el alto precio que el Barcelona pagó por él todavía no se había amortizado. Las irrupciones de Pedri y Gavi hicieron creer a algunas personas que el ex jugador del Ajax ya no era tan imprescindible y la nefasta situación económica del club hacía necesaria una gran venta en el mercado de traspasos. El Manchester United estaba dispuesto a tirar la casa por la ventana para fichar al centrocampista del Barça y la directiva catalana parecía estar como loca por recibir por recibir esos ingresos. Xavi insistía en su deseo de retener a de Jong y él también quería quedarse, por lo que finalmente no se realizó ese traspaso.

El convulso verano que había vivido el futbolista parecía que tendría repercusiones en el desarrollo de la temporada. Las cuatro suplencias en los primeros siete partidos de liga iban en la línea de aquella creencia, pero Xavi era consciente de que perdía mucho al dejar a de Jong en el banquillo y rápidamente volvió a ser un fijo en el once inicial. Las bajas que sufrió el Barça en la primera vuelta y la falta de recambios de garantía en el centro del campo también ayudaron.

Pero el Barça seguía jugando con tres centrocampistas y el rendimiento del neerlandés seguía siendo similar al de la temporada anterior. La revolución llegó en diciembre, concretamente en la final de la Supercopa de España. Xavi sorprendió alineando a Busquets, de Jong, Pedri y a Gavi. Todos juntos, todos en el centro del campo. Prescindió del extremo izquierdo, le dio toda la banda a Balde, Gavi ofrecía su mejor versión en el sector izquierdo y Dembélé recibía en banda derecha con el equipo rival hundido en el lado opuesto y ahí podía ser letal.

Frenkie jugaba junto a Busquets y ambos comenzaron a ofrecer sus mejores versiones de la temporada. El mediocentro español se sentía más protegido y tenía que abarcar menos espacio, por lo que podía ofrecer una versión que resaltase sus múltiples ventajas y escondiese los puntos débiles que acostumbrábamos a ver en las grandes citas recientes. Esta variación táctica también ayudaba a asumir menos riesgos en salida de balón, sobre todo si tenemos en cuenta el excelente posicionamiento táctico del neerlandés. Si Busquets se veía presionado, de Jong casi siempre quedaba libre.

Además, si se forma un doble pivote en salida de balón es más probable que el equipo rival adelante la presión, así que cuando de Jong consigue recibir tiene más metros por delante para sacar a relucir sus potentes conducciones de balón.

En este sistema que Xavi ha implantado desde la Supercopa de España Frenkie de Jong vuelve a sentirse protagonista y pocas noticias mejores podía recibir el Barça. Aunque no es tan simple como añadir un centrocampista más, ya que lo que realmente importa es el perfil de los futbolistas que están en el campo y el nivel que pueden ofrecer. Las lesiones, tanto propias como ajenas, pueden afectar a la estabilidad que parece haber encontrado de Jong en Barcelona y ya lo ha comprobado en estos últimos meses. En febrero contra el Sevilla Busquets se lesionó y Frenkie dio un recital jugando junto a Kessié, pero también hay ejemplos negativos como el terrible partido en Vallecas con el neerlandés como único pivote. 

El tiempo y la planificación deportiva para el futuro serán los que determinen si la estabilidad de Frenkie de Jong en Barcelona se convierte en permanente o si es pasajera, pero los indicios observables de aquel Barça sin lesiones de principio de año invitan al optimismo.

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