Dos Eones (y Medio)

Tras mucho tiempo (demasiado) me animo a escribir algo para el Estadi, y es que, aunque no lo parezca por el ambiente anodino y de resignación que reina sobre todo lo que tiene que ver con el Barça de esta temporada, el Fútbol Club Barcelona va a volver a disputar una eliminatoria de octavos de final de UEFA Champions League tras una espera que se ha sentido como si fuera de dos eones y medio.

Corría el 10 de marzo de 2021 cuando el equipo blaugrana, en aquel entonces dirigido por Ronald Koeman, saltaba al Parque de los Príncipes con: Ter Stegen en portería, Óscar Mingueza, Frenkie De Jong y Clement Lenglet (os recuerdo que en junio lo tenemos de vuelta en Barcelona) en defensa; Serginho Dest, Sergio Busquets, Pedri y Jordi Alba en el centro del campo; con Leo Messi (último partido de Champions con el Barça), Ousmane Dembélé (de 9) y Antoine Griezmann arriba, en el banquillo estaban auténticas leyendas del barcelonismo como el crack mundial Martin Braithwaite y las estrellas emergentes Francisco Trincao, Matheus Fernandes, Junior Firpo (que firmaría ese día el mejor partido de su carrera como tercer central) y Riqui Puig. De esa guisa y con el estadio del PSG vacío debido a que en esos momentos estábamos en el apogeo de la pandemia del Coronavirus, salía el Barça dispuesto a obrar un milagro y remontar el 1-4 de la ida en el Camp Nou. El partido nos dejó un penalti fallado por Leo, la enésima «dissasterclass» de nuestro bro el Dembo y un golazo de Messi para empatar que por unos minutos nos hizo creer que había eliminatoria. En definitiva, un 1-1 que pese a que era evidente que marcaba otra salida humillante de la competición continental, se vendió desde determinados medios y esferas de redes sociales como una eliminación digna porque en ese partido de vuelta «se compitió». ¿De qué me sonará esto?

2 años, 11 meses y 13 días después, un Barça con una plantilla prácticamente nueva y con un cadáver en el banquillo que ya solo espera a que se produzca el entierro, se las verá a las 21:00 contra el Napoli, actual campeón de Italia, en el Diego Armando Maradona. Una eliminatoria que se presenta como un duelo de ver quien es el menos malo debido a que pese a que ambos llegan como campeones de sus respectivas ligas la temporada anterior, los dos equipos se han caído en esta 2023/2024. Por un lado, el Barça se mantiene 3º en liga con el proyecto de Xavi Hernández completamente muerto y con la sensación de que lo único que lo mantiene en zona Champions es el decreciente nivel del campeonato español y los hasta 24 puntos ganados en los últimos 15 minutos de los partidos. Por el otro, un Napoli que no está corriendo tanta suerte, el equipo partenopeo es actualmente 9º en Serie A y se presenta a la ida con la noticia de la destitución de un Walter Mazzarri al cual sustituirá como entrenador Francesco Calzona (actual seleccionador de Eslovaquia) en lo que es otro de los típicos giros dramáticos e impulsivos de guión de Aurelio De Laurentiis al frente de la entidad.

El Barça se agarra a chispazos individuales de sus futbolistas ante la falta de estructura colectiva alguna (ya hay ganas de ver a Lamine Yamal maravillar en el viejo continente). Para que el Barça compita, ya no ganar, sino simplemente competir, todo a nivel individual tiene que salir a la perfección, desde MATS hasta Lewandowski. Empezando por un Ronald Araújo al cual le espera uno de los delanteros más exigentes a nivel físico del panorama europeo, pasando por Pedri, Gündogan y sobre todo Frenkie De Jong (que tras quedarse a gusto rajando ayer en sala de prensa bien haría en hablar un poco aunque sea en el campo) que tienen que demostrar que pueden ser pilares para el Barça de la temporada que viene y llegando por último al polaco, que tiene que quitarse sus complejos en fase eliminatoria de la máxima competición continental para llevar al Barça a la siguiente ronda. También será seguramente la primera prueba de nivel para el Christensen pivote que estamos viendo estas últimas semanas. En definitiva, ante la inoperante pizarra de Xavi, el Barça depende más que nunca de que ningún jugador tenga una de esas actuaciones negativas que cuestan eliminatorias a las que tan acostumbrados estamos los culés durante estos últimos 7-8 años y esto aunque parezca sencillo al leerlo, se antoja una tarea complicada si tenemos en cuenta que la actual plantilla del FCB tiene una media de experiencia en estos partidos europeos de mata-mata asombrosamente baja. El de hoy será el primer partido de este tipo en Champions para Ronald Araújo, Lamine Yamal, Fermín López, Raphinha, Vitor Roque, Íñigo Martínez, Pau Cubarsí, etc. El aspecto de la presión puede terminar pesando en gran parte de la plantilla azulgrana.

Los peligros del Napoli parecen claros y tienen nombre y apellidos, Kvicha Kvaratskhelia (he tenido que copiar el nombre de Wikipedia, lo reconozco) y Victor Osimhen. El georgiano está teniendo una temporada mucho más discreta que la anterior, en la cual saltó al estrellato, pero pese a estar en un equipo que se cae a trozos partido tras partido, sigue siendo claramente el faro al que acogerse por parte del cuadro del sur de Italia debido a su facilidad para el regate, acumula 6 goles y 3 asistencias en Serie A. Su capacidad para el desequilibrio puede ser una bomba de relojería para el débil sistema defensivo culé, y servirle para mostrar a los equipos que quieran ficharle en verano que lo del año pasado no fue un espejismo. A su lado, uno de los delanteros que seguramente más dará que hablar durante la temporada estival, el nigeriano Victor Osimhen. Un 9 que resulta terriblemente molesto para cualquier defensa debido a su velocidad, presencia física y repetición de esfuerzos a la hora de desmarcarse y presionar (paradógicamente un tipo de delantero que le vendría genial al Barça actual) y que será un reto mayúsculo para los centrales tanto a la hora de los duelos como en uno de los aspectos en los que más deficiencias se le ven al equipo de Xavi Hernández, la salida de balón. El duelo físico contra el charrúa Ronald Araújo, que está atravesando unos meses complicados coincidiendo con el interés del Bayern Múnich en su contratación, se presenta como una de las claves del partido.

El Napoli llega con nuevo entrenador, un Francesco Calzona que solo ha tenido a su disposición una sesión de entrenamiento. Por lógica, esto debería representar un inconveniente bastante serio pero, conociendo al Barça de Xavi y teniendo en cuenta los precedentes, tener a un entrenador recién llegado y casi sin aclimatación a su plantilla puede ser hasta una baza a favor del conjunto italiano.

En conclusión, la espera ha terminado; dos eones y medio después, el Barça volverá a jugar una eliminatoria de la máxima competición continental. En este periodo de tiempo ha pasado de todo: la dolorosa marcha de Leo Messi, las dos eliminaciones consecutivas en fase de grupos de Champions, una liga y una supercopa de Arabia (perdón, España), hemos visto nacer y morir al proyecto de Xavi Hernández y hemos visto a un Laporta que empezó con una lona en Madrid, siguió con la aprobación de las palancas y que ahora, tras darse cuenta del paso en falso, hace volar los canapés del palco de Montjuïc. La eliminatoria se prevé incierta, los contendientes llegan en un muy mal estado de forma, para aderezar aún más el asunto, es mi deber comunicar que ya no están ni Jordi Alba, ni Gerard Piqué, ni Sergio Busquets y que Sergi Roberto es muy probable que apenas dispute minutos en ambos partidos, así que en caso de descalabro tendremos que buscar nuevos culpables sobre los que desatar nuestra ira en Twitter.

Han pasado tantas cosas (muy pocas buenas) en estos 1078 días que este artículo, pese a su longitud, se me quedaría exageradamente corto si intento mencionarlas todas y cada una. ¿Tiene el culé en estos momentos ganas e ilusión por la Champions? Quizás no demasiada viendo como se están sucediendo los acontecimientos en la presente temporada, pero sea como fuere, ahí estaremos a las 21:00 de esta noche para ver a uno de los Barça más disfuncionales de lo que llevamos de siglo y volver a pasar penitencia una vez más con casi total seguridad se gane, se pierda o se empate. Nosotros estamos más que preparados tras tan larga espera, ¿el equipo? Ni idea.

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