Pedri parece no estar muy de acuerdo con eso de la adaptación. Ni tampoco con lo de la presión que supone defender la camiseta del Barcelona. Unos pocos partidos le han bastado para demostrar que su inteligentísima interpretación del juego puede ayudar mucho al equipo. Sí, es su hora, aunque estuviese acostumbrado a la de menos allí en las islas. Pedri es así, siempre necesita menos tiempo.
El día de su debut en Champions League cuaja un espectacular partido, se estrena como goleador y sale a zona mixta y dice: “Me imagino que juego en mi patio trasero con mi hermano, por eso juego sin nervios”. Sabíamos de su calidad, de su giro con el balón, de su ocupación de espacios entre líneas, pero era fundamental conocer cuanto le pesaría la camiseta azulgrana. Exacto, pesaría.
Desde la mediapunta
Se ha ganado rápido la confianza de un Koeman que está demostrando apostar por los más jóvenes. Y Pedri no iba a ser menos. El 4-2-3-1 planteado por el holandés le viene como anillo al dedo. La mediapunta es la posición ideal para el tinerfeño. Por delante del doble pivote -con Frenkie cerquita-. Cuando el Barça se estira con balón, entre líneas. A partir de ahí, recibir, atraer, girar y soltar. Por su naturaleza como futbolista, ese es su lugar. Y claro, al lado de Messi todo también es más fácil. Más aún si ambos hablan el mismo idioma.
Actitud de alumno y ejecución de profesor
Pedri es de esos futbolistas difíciles de encontrar. De los que miran diez veces antes de recibir, y luego le basta una sola mirada para encontrar la línea de pase. Como el niño que intenta copiar en medio de un examen. Siempre de reojo al profesor y a la vez atento al compañero de mesa más cercano a ver si le chiva alguna. De los que no se ponían nerviosos.
No solo es capaz de desenvolverse por detrás del punta, ni mucho menos. También está capacitado para jugar en las dos bandas, aunque no sea el mejor contexto para él. Partiendo de zonas exteriores, el bloque puede ganar más continuidad con balón -si entra por el clásico extremo con desborde que siempre suele usar el Barça- y por supuesto su talento natural. Ahora, pierdes su protagonismo en el carril central, llegada y nivel defensivo -sobre todo en repliegue-. En el Clásico ya vimos que, como era de esperar, su defensa a campo abierto deja que desear. Y que también perdió protagonismo con balón.
Pedri es de esos futbolistas que congenian a la perfección con el famoso “ADN Barça”. No solo por reunir todas las cualidades técnicas y el talento con balón que esto requiere, sino también por su personalidad cada vez que entra en contacto con la pelota. Convierte menos -poco espacio y poco tiempo- en más. Mucho más.