El talento del Barcelona no entiende qué es el miedo

El FC Barcelona suma su primera victoria de la temporada en Anoeta con un 1-4 ante la Real Sociedad

Para el FC Barcelona la belleza de una ciudad como San Sebastián contrasta al completo con el temor que puede generarle su estadio. Anoeta no es sólo un sinónimo de examen para el club blaugrana, también significa una caja de pandora de recuerdos tanto positivos como negativos. Los culés, llegados de un decepcionante debut liguero en el Camp Nou, no podían permitirse el lujo de sumar otro mal resultado. Inicialmente este podía haber llegado, pero el talento no entiende qué es el miedo. Gracias a esa excelencia aportada por la variedad de recursos el Barcelona ha superado a la Real Sociedad por 1-4.

El contexto del Barcelona no era el óptimo. Sin Sergio Busquets por la expulsión contra el Rayo Vallecano, Xavi Hernández se veía obligado a ser atrevido desde la pizarra para adaptar al equipo ante un rival tan exigente como lo es la Real Sociedad. Xavi hizo que el Barça pasara del clásico 4-3-3 al 3-4-3, dos formaciones en las que actualmente el equipo se aproxima más al juego de posición desde la teoría que no por una práctica regular. La propuesta del entrenador era descarada: los mediocentros jugarían principalmente como un cuadrado. Sin embargo, al final la mayoría del peso cayó en manos de Pedri, quien se encuentra un nivel por encima del resto.

Toda la emoción que le faltó al encuentro contra el Rayo Vallecano se solventó en Anoeta sin ni siquiera llegar a los 10 minutos. Robert Lewandowski adelantó al FC Barcelona en el primer minuto del encuentro, pero posteriormente Alexander Isak empataría el encuentro con una vaselina en la que Eric García fue partícipe. Todo lo que el Barça jugó a través de los extremos contra el conjunto vallecano lo intentó cambiar por el juego interior en Anoeta. A pesar de los intentos, la primera parte fue una constante ida y vuelta. El partido se rompía a momentos y el Barça buscaba constantemente refugio en Pedri: tanto en la salida de balón como en decisión en los tres cuartos de campo.

No fue la mejor noche de la defensa barcelonista, que tuvo en Andreas Christensen la excepción. Tampoco la de Frenkie De Jong o Gavi. El holandés no consiguió brillar en la conducción, factor por el que tanto destaca, pero el canterano tampoco encajó su mejor partido. Toda la movilidad del cuadrado ideado por Xavi no se traducía en fluidez con la pelota. A pesar de estas dificultades, otra de las grandes noticias positivas de la noche para los blaugranas fueron las intervenciones de Marc-André Ter Stegen. El portero alemán fue determinante salvando a contrapié un peligroso chut de David Silva en el minuto 43.

Llegados a la segunda parte, el FC Barcelona tuvo algún susto con un gol de la Real Sociedad anulado por fuera de juego. No obstante, un cambio hizo que el partido se girara radicalmente. Ansu Fati entró por Ferran Torres, mucho más insistente que no acertado, y sumó aquella determinación que le faltaba al Barça. En la primera jugada tras salir el joven prodigio blaugrana dio a Ousmane Dembélé un balón de tacón para que el extremo la cruzara en la portería. El 1-2 llegó gracias a la lectura de Fati, porque para realizar dicha acción no sólo necesitó técnica, también inteligencia para leer el movimiento de su compañero.

En el minuto 68 el talento que amasa el Barcelona se reunió. Pedri ejecutó un excelso pase -actualmente sólo a su alcance dentro de la plantilla culé- hacia Ansu Fati, que se la cedió a Lewandowski para que metiera su segundo gol de la noche. El delantero polaco estaba de celebración por sus dos tantos y su cumpleaños, por lo que decidió devolver el regalo a Fati en forma de asistencia para que el canterano marcara el definitivo 1-4. En media hora la excelencia individual hizo que el Barça pasara de ir ‘justo’ a castigar contundentemente a la Real Sociedad, penalizada contundentemente.

El talento ni entiende qué es la edad ni qué es el miedo. Al tridente Pedri-Ansu-Lewandowski le ha importado poco que el escenario fuera Anoeta. Tenían que darle la victoria al FC Barcelona y han conectado como si llevaran mucho más tiempo juntos para conseguirlo. El enfrentamiento contra la Real Sociedad refleja que actualmente el Barcelona cuenta con esa cantidad amplia de recursos necesaria para desatascar los partidos que se atragantan. No experimentó ni su mejor salida, ni su mayor posesión u organización. En cambio, contó con tres mosqueteros dispuestos a normalizar una calidad que definitivamente no está al alcance de todos. Todo un mensaje de cara al futuro.

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