El Barça sufre desorden en su búnker

El FC Barcelona ha conseguido imponerse al Real Club Celta de Vigo con un ajustado 1-0 marcado por la presencia y ausencia del timing

Crónica de Joan Cebrián (@Motijoan)

El FC Barcelona cuenta con un octubre trascendental para el desarrollo de la actual temporada. La última derrota en San Siro ha puesto entre la espada y la pared a los blaugranas, que se jugarán todo en el Spotify Camp Nou ante el Inter de Milán y el Bayern de Múnich. Sin embargo, no sólo existe la UEFA Champions League, también LaLiga, esa competición que al club seguramente le urge ganar antes. El Barcelona tiene su búnker lleno de libros, libretas y papeles amontonados. Entre los ordenados se mueve bien, pero en el desorden todavía sufre. Los culés todavía no se desarrollan tan bien en su propia anarquía, algo que se ha visto reflejado en la victoria ante el Real Club Celta de Vigo por 1-0.

Manuel González, más conocido popularmente como Toteking, escribe en Búnker que sólo hay un principio que gobierna su vida: el timing. “Hablar de timing es hablar de armonía, sincronización, empatía, bondad incluso”, escribe. Si no supiéramos que es el rapero sevillano quien hace esta afirmación, podríamos pensar perfectamente que es el FC Barcelona quien se ha puesto ante un folio en blanco con un bolígrafo. La primera parte del Barcelona ha representado precisamente lo que es el equipo de Xavi Hernández cuando el timing está presente. 

Contar con tres laterales zurdos en la línea defensiva quizás no suena a situación ideal, pero sí a la que el Barcelona tenía delante. Con Jordi Alba en su posición natural, Marcos Alonso como central izquierdo y Alejandro Balde como lateral derecho, los blaugranas no han sufrido en los 45 minutos iniciales. No porque los tres destacaran por una excelsa actuación defensiva, más bien porque los blaugranas eran quienes tenían el dominio del balón. Ferran Torres seguía sin acierto pero aportaba con todos sus movimientos, Raphinha volvía a ser quien es una vez colocado en el carril derecho, Sergio Busquets volvía a ser el mejor de la clase… Sin embargo, los mejores fueron Pedri y Gavi.

Gavi y Pedri han mostrado que la edad da igual para ser sensible al timing como un Jedi a La Fuerza. Los dos se intercambiaban los roles cuando tocaba y se complementaban, nunca se estorbaban. El interior de 18 años leía a la perfección cuándo machacar el espacio que la línea defensiva del Celta ofrecía cuando se adelantaba. Quizás la intensidad defensiva del sevillano es mucho más visual, pero su inteligencia ha sido lo que le ha dado el gol al FC Barcelona. Precisamente por atacar el espacio entre lateral y central ha sido cómo se ha plantado solo para centrar a gusto. Daba igual que Unai Núñez no estuviera acertado con el despeje, sin movimiento no habría existido la oportunidad.

Pedri sólo se tuvo que encargar de aprovechar el rechace, pero volvemos a lo mismo: para marcar hay que estar. Empujó la pelota para marcar el único gol de la noche en el 17’ pero deleitó en el resto de cosas. Sabe cuándo el partido le pide el ritmo de Locoplaya o la variedad de Cruz Cafuné. Con 19 años es el único jugador determinante en el tercer cuarto de campo, pero ha sido un dolor de cabeza para la defensa gallega en todas las zonas del césped. El interior observa su alrededor cuando no tiene la pelota aprovechando que aparenta pasar desapercibido para saber qué hacer. Analiza cuál es el recurso adecuado antes de recibir el balón y ejecuta la acción. Que Xavi decidiera sacarle del campo pensando en los siguientes partidos era lógico pero no agradable. Robert Lewandowski es el recurso para solucionar todos los problemas, pero la estética del canario es uno de los motivos por los que el Spotify Camp Nou se llena más.

Llegada la segunda mitad, el timing decidió desaparecer de golpe. El FC Barcelona no se pudo defender a través de la posesión del balón, pero tampoco de los duelos o en las presiones. Marc-André Ter Stegen tuvo que hacer de salvador en un mano a mano contra Iago Aspas en el 84’ y en un remate de cabeza de Hugo Mallo cinco minutos más tarde. Tal era la desesperación del Barcelona que el único cambio que realmente tuvo un efecto inmediato en el césped fue Eric García. Sin Pedri para mantener los papeles y con Gerard Piqué solo como guardaespaldas del área. 

El partido acabó con García y Ter Stegen como piezas fundamentales del resultado. Los culés fueron en la segunda mitad aquellas personas sin timing que son capaces “de cargarse la atmósfera que se ha conseguido en los últimos tres temas que han ido sonando en una reunión, para, egoístamente, poner algo tóxico, dañino, algo que rompe por completo el ambiente del grupo”. Para la desgracia del FC Barcelona, ordenar su búnker particular para el octubre que todavía queda es una urgencia. Porque en el caso de volver a ser esa persona sin timing que “en un grupo de Telegram interviene una vez cada dos meses para poner el más ridículo de los gifs”, las consecuencias en la UEFA Champions League serán fatales.

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