Borja | Tw: @AnkaraHansen
Después de un mes y medio de competición oficial, algunas de las dudas que flotaban alrededor del FC Barcelona femení ya van despejándose. El equipo sigue en la misma dinámica de sumar +3 en cada envite liguero de la temporada pasada y en Europa también cuenta por victoria cada partido disputado. Sin embargo, algunas otras dudas se mantienen sin respuesta pasadas estas semanas e incluso nuevos dilemas se han generado en torno al equipo.
La principal incertidumbre respecto a la temporada pasada era como se iba a reorganizar el centro del campo culer después de la lesión de larga duración de Alexia Putellas, tanto a nivel de roles como de nombres. Con la llegada de Walsh se dibujaba como la opción más probable que Patri tomase un rol como centrocampista más creativa, como ya hiciese con la Selección española en categorías inferiores. Y así se ha confirmado, ya que Patri no ha sumado ningún minuto como pivote, con Giráldez priorizando invertir en Patri como interior de cara al corto y medio plazo. Pese a jugar en el interior izquierdo, su rol tiene poco que ver con el que desempeñaba Alexia. Es una interior más de base a principio de la gestación de jugada y no tan enfocado a estar cerca del área (aunque acabe ahí) o compensar movimientos de Mariona o de la delantera si desciende. Así pues, a falta de darse una posible explosión de Claudia Pina como interior, la pareja titular de interiores parece claro que será Patri Guijarro y Aitana Bonmatí.
En el caso de Aitana, el cambio que se esperaba y que también se ha confirmado desde su vuelta de lesión, es que cambiase su rol. Si bien la temporada pasada, de las dos interiores, era ella la que descendía a formar un pivote circunstancial en salida de balón o construcción para generar una primera ventaja numérica en el juego del Barça, este año replica el rol que tenía Alexia el año pasado de esperar a una mayor altura pero en el lado opuesto. Así, por lo comprobado en el campo y datos, pasa mayor tiempo en el cuadrado derecho cerca del área rival. ¿Qué podemos esperar de este nuevo rol de Aitana? Que sea ella mayormente la que acelere la jugada, que sume en gran medida su cuota goleadora y al pasar más tiempo en el cuadrado derecho pueda alimentar y dinamizar a Hansen, a contrario de la pasada campaña donde estaban más distanciadas. El rol de la interior de base o que desciende a formar doble pivote recae sobre Patri, el rol que como interior más se puede asemejar al que desempeñaba Aitana la pasada campaña.
Otra de las novedades que se ha impuesto dentro del XI teórico titular está la presencia de Geyse. Pese a haber jugado como extrema en ambas bandas, su posición principal ha sido como delantera centro. Muchas de las características de Geyse que imaginábamos por su llegada se han cumplido. Desde ser una fuente de desequilibrio para superar 1vs1, hasta ser la principal baza en la presión, recorriendo distancias en los saltos de presión en muy cortos periodos de tiempo, dejando sin tiempo a rival para elegir la mejor decisión en salida de balón. También siendo productiva de cara a gol, pese a su último partido frente al Levante donde falló en definiciones impropias de su calidad y de la claridad de la ocasión, su saldo de goles menos goles esperados sigue siendo positivo (en Liga +0.30 y en UWCL +0.98 por cada 90 min). En el apartado de apoyos, asociación con compañeras o toma de decisiones ha ido mejorando con el paso de sumar minutos y entrenamientos con sus compañeras pero con actuaciones irregulares en el tiempo. Este apartado marcará el techo de su impacto en el equipo, dado que todo lo demás lo lleva de serie. Falta ser consistente en devolver de primeras, dejar de cara en el timing correcto cuando compañera ha superado suficientemente a su marca para evitar robo. También identificar las situaciones que requieren pausa o volver hacia atrás y no abusar de utilizar su físico diferencial para regatear o superar por potencia a una rival. Si bien es más que probable que consiga superar a su par y avanzar, eso no tiene por qué desembocar siempre en una situación de juego mejor para el equipo de la que se hubiese generado con otra decisión. No se espera de ella que ejecute un rol de falsa nueve, pero sí que sirva de referencia en ciertas situaciones y ayudar al equipo a progresar.
En los laterales, la pareja de titulares que podíamos esperar antes del comienzo de temporada se ha confirmado también como la favorita de Giráldez. Rolfö, también favorecida por el tipo de rol que desempeña la lateral culer en esta estructura que utiliza el entrenador gallego, potencia las cualidades de la jugadora sueca (en detrimento de Nuria, pese a cuajar buenos partidos) comportándose mayormente como extrema y potenciando su agresividad atacando espacios además del ida y vuelta en caso de tener que replegar. En el otro lateral, Lucy Bronze parece ser la teórica titular, pese a sufrir en algunas situaciones como la defensa del segundo palo, como se comprobó contra el Levante, y así como en alguna lectura de los momentos sin balón, sus cualidades (sobre todo en ataque) compensa sus defectos y ese balance parece más positivo que el que ofrece Torrejón.
En el apartado de incógnitas sin resolver todavía queda por conocer el rol principal que tiene en mente Giráldez para Salma, recién salida de lesión veremos en los próximos partidos como responde a los retos de cada posición. Pese a la baja de Hansen, no parece que el extremo derecho sea su destino, el extremo derecho ha estado reservado durante estos años a una jugadora diestra con desborde y mucho regate que ofrezca amplitud y profundidad. Las características de Salma no parecen encajar con ese tipo de rol.
Finalmente, esta semana se ha conocido la lesión de Caroline Graham Hansen que la va a apartar de los terrenos de juego hasta mediados o finales de enero, unida a la de Alexia Putellas y a otras en el mercado de verano implican la pérdida de las mayores fuerzas del equipo en contribución goleadora y de asistencias respecto a la temporada pasada. Ya hemos visto como en los primeros partidos de esta temporada las goleadas no son tan comunes y abrir el marcador se dilata más en el tiempo, por lo que victorias por marcadores ajustados son más probables, especialmente en Europa. Lejos de ser algo especialmente alarmante, sí que obliga a plantearse la duda si el Barça femení es un equipo suficientemente preparado para afrontar la gestión de ventajas por la mínima en los minutos finales de partido, donde el rival se vuelca con todo en la parcela ofensiva y en presión. La gestión de los últimos minutos contra el Levante UD genera dudas en este aspecto, un partido donde en los últimos 20 minutos mezclaron actuaciones de jugadoras reiniciando jugada, encontrando pase atrás u ofreciéndose como apoyo de continuidad y otras que veían en su recepción de balón la necesidad de acelerar la jugada, ser excesivamente verticales o imprecisiones impropias de la situación.
Madurar como equipo también pasa por controlar este tipo de partidos que esta temporada serán más comunes, especialmente en Europa, donde las fuerzas contra rivales europeos están más igualadas y donde pueden mantener ritmos altos e intensidad durante la totalidad del partido llevando marcadores ajustados al último tramo del mismo. La duda pasa por saber como el equipo mejorará en este aspecto, si es un tema de piezas (la entrada de Pina y Walsh en los minutos finales apuntan a eso), si es un tema colectivo por no enfrentarse a esas situaciones muy a menudo, o si requiere cambios en la estructura. Lo que sí es una certeza es que este año gran parte de las aspiraciones del Barça femení pasan por resolver esta última duda